Menu Principal:
CRUCES Y CRUCEROS DE SALVATIERRA – AGURAIN -
CRUCES DE TERMINO
Un antecedente claro de los cruceros fueron las efigies bicéfalas que se encontraban en los accesos a los poblados romanos y en las encrucijadas de los caminos, honrando al dios Jano. Con la cristianización el culto pagano a la piedra y a los árboles se bautizó. En esta misma línea, hasta fechas no muy lejanas los árboles sagrados fueron sustituidos por “árboles de piedra”.
En numerosos lugares donde se celebraban los “batzarres” hoy siguen siendo recordados por cruces de piedra, fueron reconvertidos con una cruz como lugar de cobijo o humilladeros bajo los que todo caminante debía arrodillarse antes de entrar en la población, como signo de que no eran “agotes, moros, ni judíos”.
La cruz ha sustituido muchas veces a antiguos árboles sagrados, podría uno preguntarse si en éste lugar, en otro tiempo, no se adoraría a algún árbol.
Sabido es que los mojones de términos, que por lo común suelen ser piedras en torno a las cuales corren diversas creencias, tienen un carácter sagrado a los ojos de los campesinos, cómo en Entzia algunos mojones eran árboles, es posible que se creyera que tales árboles podrían servir de vigilantes o testigos, puesto que en otros casos el árbol sagrado ha servido de ambas cosas.
CRUCES DE TERMINO. ORIGEN
Según Fernando Bidegain, en su libro “Cruceros”, confirma las apreciaciones que venimos defendiendo sobre éste asunto y dice que por datos que tenemos recogido en muchos pueblos del País Vasco, es claro que ésta tradición se conservó cuando los árboles de término fueron sustituidos por cruces-
Recordemos que toda la variedad de funciones del árbol, la de mojón y muga jurisdiccional , la protectora, la de albergar las juntas, juicios, castigos, tratos, etc.. se han venido desarrollando en los cruceros.
Los cruceros quedan vinculado a los caminos (así se recoge con ocasión de mandarse levantar el ejemplar de Ventaberri ó de Santa María en Agurain: .."entre los dos caminos reales q. ban desta vª (Salvatierra) para la provincia de Guipúzcoa y lugar de Narvaxa y otras partes...." ) fuera de los núcleos urbanos y como guía y punto oracional para los peregrinos y viandantes. La villa de Salvatierra ubica sus ejemplares en los cuatro puntos cardinales, por donde discurrían los caminos de entrada y salida a nuestro pueblo.
Poseen, sin duda una declarada vinculación con el Camino de Santiago (quedan vinculados a dicho camino los cruceros de Zubizabal y Erlegui en Zalduondo, los de Ventaberi, La Madura, Senda Langarika y Arricruz en Salvatierra, el mojón del Apostolado, entre Gaceo y Agurain, (en una de sus caras podíamos ver la figura de Santiago con atuendo). Los de Dallo y Narvaja, aun quedando fuera de los ramales del citado camino de peregrinaje, se encuentran muy próximos y dentro de su área de influencia.
CRUCES DE PIEDRA DE AGURAIN
En su libro “Cosas de Salvatierra”, Fortunato Grandes escribe que fue costumbre en tiempos antiguos señalar la división por medio de cruces o colocarlas también en las entradas de los pueblos y de esto último tenemos hermosos ejemplos góticos en Salvatierra, con las cruces monumentales del mediodía, mandada hacer en 1595 por el Alcalde, Hernán Sánchez de Vicuña, la del Norte, que maltratada y todo es de una factura que llama la atención de los inteligentes y la que hace unos años derribó en Arricruz el fortísimo viento, cuyos pedazos se conservan, con muy buen acuerdo, hasta ponerlos en manos competentes que rehagan aquel hermoso monumento del Oeste, (hoy en día ha desaparecido del Archivo del Ayuntamiento la cruz gótica labrada, así como el fuste y el resto que las máquinas las han destrozado para hacer el nuevo Polígono Industrial de Galzar.
En cuanto a la cruz que había en la salida de la Madura, en la parte oriente ya no queda más que el recuerdo de ella, que según informó un anciano a Fortunato Grandes a principios de 1905 que conoció dicha cruz, era parecida a las mencionadas, pero cuyos restos no supieron conservar en pleno siglo XIX.
No conocemos las causas por las cuales fueron colocados tan artísticos signos de nuestra redención, pero sea conmemorando una fecha o dando a entender que estaba la Villa bajo la protección de la Santa Cruz, señalando los cuatro puntos cardinales, es lo cierto que nos legaron los antiguos éstos hermosos testimonios de fé y de arte.
El 23 de Enero de 1256 el rey Alfonso X le dio fuero de población a Hagurahin, "sitio del adiós" llamándola Salvatierra, siguiendo la política real de crear nuevas "pueblas" y dotarlas de privilegios que atrajeran a ellas a nuevos moradores.
Hagurahin ha sido lugar estratégico, junto a la calzada romana, entre poblados hoy desaparecidos como Paternina, Zumalburu, Albizua, Sallurtegui, Ula y paso de peregrinación. Especial importancia mereció el Hospital de San Lázaro y la Magdalena, situado precisamente en la confluencia de la antigua calzada romana y del camino que llegaba del túnel de San Adrián a la puerta del Norte de la Villa.
HISTORIA DE LOS CRUCEROS DE AGURAIN
Los cruceros quedan vinculados a los caminos (Así se recoge con ocasión de mandarse levantar el ejemplar de Santa María o Ventaberri “entre los dos caminos reales q. ban desta vª (Salvatierra) para la provincia de Guipúzcoa y lugar de narvaxa y otras partes...” fuera de los núcleos urbanos y como guía y punto oracional para los peregrinos y viandantes. La Villa de Salvatierra ubica sus ejemplares en los cuatro puntos cardinales, por donde discurrían los caminos de entrada y salida a la citada población.
Poseen, sin duda, una declarada vinculación con el Camino de Santiago, (junto a los cruceros de Zubizabal y Erlegui de Zalduondo y el Mojón del Apostolado entre Agurain y Gaceo) en la bajada del túnel de San Adrián, procedentes de Guipúzcoa y en dirección a Vitoria.
LA CRUZ DE VENTABERRI
Muy cerca de éste hospital de peregrinos de la Magdalena y en el Barrio del mismo nombre se encuentra ésta cruz de término conocida por la cruz de Ventaberri, junto a ella pasaban los peregrinos que iban a Santiago tras atravesar el túnel de San Adrián y coger camino de las murallas o enderezar camino hacia Gaceo por el barrio de San Jorge.
La cruz de Ventaberri es un hermoso crucero del bajo renacimiento, aunque se trata de una cruz barroca con una pilastra decorada con óvalos y motivos curvados. Sobre cuatro gradas: dos hexagonales y las otras dos cuadrangulares se levanta una basa rectangular, de traza renacentista, decorada por cuatro escudos, esculpidos con motivos naturales.
El fuste sostiene un grandioso capitel corintio, recargado y adornado con hojas de acanto y volutas en número de ocho. El basamento de la cruz con dos motivos heráldicos; al frente el escudo de varonía, el escudo de armas de los Ochoa de Chinchetru con banda, flor de lis en lo alto y rama de enredadera en lo bajo y en su reverso lleva las armas de los Lazarraga, el águila atacando a un ciervo en un campo de trigo cercado.
Encima de la cornisa saliente aparece una peana cuadrangular sobre la que descansa la cruz cimera. Los frentes de la peana guardan todavía una inscripción casi ilegible: “MANDO HACER ESTA EN 1609 PEDRO OCHOA”..de Chinchetru, sin duda, el apellido Ochoa de Chinchetru, unido al de Lazarraga que costaron ésta cruz a principios del siglo XVII alcanzó gran prestigio y lucida descendencia en Salvatierra y fuera de ella.
En el anverso de la cruz sobre un Gólgota o Calvario con calavera se representa al Crucificado cuya imagen falta y a sus pies puede verse todavía la imagen exenta de Nuestra Señora, a la izquierda y la de San Juan Evangelista, que se hallaba colocada a la derecha, desapareció hace unos años. En el reverso se nos ofrece a la Virgen con el niño en el brazo izquierdo.
Los brazos de la cruz están bellamente labrados y los remates de los mismos terminan en florones faltando el travesaño izquierdo.
Esteban Martínez, párroco de Araia, en su libro Cruceros de Alava, contaba además, que hablando con una señora vecina le explicaba que la causa de la barbarie que había sufrido ésta cruz eran las contiendas carlistas que se desarrollaron en éste lugar. Así se lo habían contado a ella sus padres.
Se trata según Esteban Martínez de la cruz de término más grandiosa por sus dimensiones de cuantas existen en nuestra tierra de Alava. Llama por eso agradablemente la atención de cuantos a ella se acercan, recientemente ha sido restaurada y reparada en lo que ha sido posible.
LA CRUZ DE LA SENDA LANGARIKA O DEL SUR
Al Sur de la Villa, en el camino de Langarika, se conserva una bella cruz, con columna toscana, que según inscripción fue levantada en 1595, por el Alcalde Hernán Sánchez de Vicuña, cuyo escudo y de Ordoñana se coloca junto a la imagen del Crucificado –hoy desaparecida-
Tiene claro sabor renacentista. Sobre dos gradas cuadrangulares se apoya una basa rectangular, sin adornos ni molduras, con plinto, del que arranca un fuste cilíndrico, terminado en un capitel toscano, en uno de los frentes aparecen los escudos de los Vicuña, linaje derivado de los Ordoñana, con cadena, , banda engolada acompañada de dos estrellas. En el otro frente el escudo de los Ordoñana, con torre almenada con dos perros atados a los lados de la puerta, banderola en lo alto y armiños en los francos; sobre la torre, en el jefe, reja de hierro, una peana sirve de soporte a la cruz cimera que se alza en bloque monolítico.
Aparecía representada en el anverso de la cruz el Crucificado cuya imagen ha desaparecido y a sus pies puede contemplarse un Calvario con la típica calavera acompañada de dos tibias en aspa.
En el reverso se halla esculpida una bellísima Piedad con un Cristo decapitado, debajo s percibe todavía una inscripción borrosa: Fue mandada construir en el año 1595 por el Alcalde de la Villa D. Hernán Sánchez de Vicuña, de ahí su escudo de armas anteriormente descrito.
Los brazos de la cruz lobulada son bellos, aunque recargados, terminados en florones.
LA CRUZ DE ARRICRUZ O DEL LAZARETO
Ésta cruz, llamada también del “Lazareto” fue muy venerada en Agurain y se encontraba en el extremo Oeste de la Villa, en un camino muy próximo a la antigua carretera nacional 1, por el que los peregrinos , desde la Villa se dirigían a Gaceo para llegar a Vitoria atravesando la Llanada. Esta cruz fue derribada por un fortísimo viento según cuenta Fortunato Grandes en su libro. (y también añade que se encuentra a buen recaudo en el Ayuntamiento, pero jamás ha aparecido).
De este crucero quedaba hace unos pocos años una basa exagonal de gran perímetro en su parte inferior mientras se recude en su parte superior. Así mismo perduraba el fuste liso y con éntasis. El resto del crucero había desaparecido por desgracia, hoy en día y al construir el nuevo polígono industrial ha desaparecido todo.
Según las fotos que hemos podido contemplar que sobre un ábaco descansaba el más bello capitel de cruceros de todo Alava, según escribió Esteban Martínez, el mejor conocedor de éste tema de Alava.
El fino capitel gótico formaba un tambor exagonal, iconístico que ofrecía en sus seis caras las imágenes finamente labradas de otros tantos santos, todos ellos colocados bajo doselete y separados entre sí por unas columnillas.
Se distinguen entre los santos: San Pedro, San Juan Bautista con sus símbolos correspondientes. En una de las caras aparecía Nuestra Señora con el Niño, detalle que se volvía a repetir en el anverso de la cruz.
Encima del doselete se asentaba la cruz cimera. Toda ella pura filigrana, realizada con frondas, es decir a base de hojas cardosas cuyos extremos se encorvan. En los cuatro ángulos que forman los brazos de la cruz resaltan los cuadrifolios.
En el anverso se representaba al Crucificado con la cabeza ligeramente levantada, brazos rectos, corona de espinas y cosido a la cruz con cuatro clavos, dos en las palmas de las manos y dos en cada uno de los pies, como ya se advierte en las piezas labradas de crucifixiones de antes del siglo XIV. Debajo del Crucificado sobresalía en el crucero una calavera, símbolo de la humanidad pecadora, remida por su sangre.
En el reverso estaba esculpida Nuestra Señora con el Niño en el brazo izquierdo. Ambas imágenes poseían la verticalidad del estilo gótico.
Los cuatro ángulos de la cruz se hallaban bellamente labrados como asimismo sus brazos. Los remates de éstos se hallaban orlados con florones afiligranados. En resumen, no había parte de la cruz que no estuviese bellamente labrada.
Este crucero de factura gótica se puede datar de finales del siglo XIV.
Otras Cruces y cruceros
La cruz de Abullu
Además de las cuatro bellas cruces de término o cruceros, que marcaban los cuatro puntos cardinales de la Villa de Agurain, existieron otras como la de BIARI, que marcaba el camino hacia la Sakana, otra que se le menciona junto a la Fuente de San Juan y una séptima en jurisdicción de Salvatierra.
Se trata de la CRUZ DE ABULLU, que recogemos en varios documentos, algunos extraídos del Archivo Histórico de Protocolos de Álava, fechados en los años 1560, 1590 y 1638.
Ignoramos las características constructivas y ornamentales de ésta séptima cruz , hoy desaparecida, pero sin embargo, los documentos aludidos nos proporcionan su emplazamiento.
El primero de los registros documentales, aportado por la profesora Ana de Begoña, hija de la Villa y extraído del testamento de los fundadores de la Capilla del Cristo del Humilladero, la sitúa cerca de ésta capilla del actual Cementerio en dirección noroeste. Los otros proceden del A.H. P.A:
“Término llamado LA CRUZ DE ABULLU..tenente a los dos caminos que ban desta dha Villa a la ciudad de Vitoria y a las pedreras y pastos de Galçar…
Desconocemos el carácter ligneo o pétreo de dicha cruz de Arbullu.
Fuente y Prado de Abullu – (AHPA)-
AHPA, del año 1569, Protc. 12639. Doc. 4985 – escribano Sebastián Arana, folio 149.
LA CRUZ DE SAN JUAN
Se tiene noticia de una séptima Cruz en nuestra Villa, en el año 1775, nos habla de la reposición de una cruz nueva por haberse roto la anterior, junto al Puente de San Juan.
Archivo Municipal de Agurain-
LA CRUZ DEL AYUNTAMIENTO DE AGURAIN
Otra cruz tenemos dentro de la Villa que señala una efeméride, la de un crimen, de que son las notas siguientes:
A consecuencia de la muerte violenta de Águeda Sáez de Asteasu, seguíase causa en 1749 contra el marido de ésta, Miguel Antonio García, Josefa Otarduy e hija de ésta Teodosia Ortiz de Elguea, los cuales estaban en la cárcel de ésta Villa de Agurain bajo la custodia del Mayordomo Alcalde Domingo de Aldanondo.
El 15 de Julio de 1.750 se dictó sentencia en la chancillería de Valladolid contra los criminales indicados, de los cuales debía salir el 8 de Agosto para ser conducido a un presidio cerrado de Africa Miguel Antonio Larrea y las mujeres enviadas al destierro, más habiéndose puesto de acuerdo el tal García con los aragoneses Diego Redrado y Sebastián Alcera, que el día 5 de Agosto fueron apresados por hurto de dos caballerías y ayudado de la indicada Teodosia, que se hallaba en los cuartos altos sobre el calabozo, también en la Casa Consistorial, asesinaron al Alcalde Domingo de Aldanondo, a su hija Teresa e hirieron gravemente a su otra hija María Francisca, a las nueve de la noche del día 7 de Agosto de 1.750.
Los asesinos consiguieron huir entre las once y las doce de la noche, después de robar todo lo que hallaron en la casa.
Estos crímenes tan espantosos pusieron en conmoción a todo el vecindario, disponiendo inmediatamente el Alcalde de la Villa don Juan Antonio de Oquerruri que salieran en persecución de los criminales a la raya de Francia, Guipúzcoa, Navarra, Vizcaya, Burgos, Entzia, Altzania, Oltza, San Adrián y otro montes del contorno más de cien hombres armados que consiguieron apresar a Miguel Antonio y a Teodosia en un matorral grande y espeso, inmediato a San Martín de Guircu, con el dinero, alhajas y ropas del desgraciado
Estos crímenes tan espantosos pusieron en conmoción a todo el vecindario, disponiendo inmediatamente el Alcalde de la Villa don Juan Antonio de Oquerruri que salieran en persecución de los criminales a la raya de Francia, Guipúzcoa, Navarra, Vizcaya, Burgos, Entzia, Altzania, Oltza, San Adrián y otro montes del contorno más de cien hombres armados que consiguieron apresar a Miguel Antonio y a Teodosia en un matorral grande y espeso, inmediato a San Martín de Guircu, con el dinero, alhajas y ropas del desgraciado Aldanondo y familia.
Por unanimidad se acordó, al dar cuenta de estos hechos, nombrar para el cargo del finado Mayordomo a su hijo Francisco Tomás de Aldanondo; que del arca de tres llaves se sufragaran los gastos del cuidado y regalo de la herida María Francisca y los del proceso que se instruía, siguiéndose la causa con “el mayor nervio” contra los reos presentes y ausentes, a cuyo objeto se traiga el mejor abogado que le parezca al Alcalde y costeando la Villa el entierro y funerales de los asesinados.
El 10 de Agosto fueron apresados por las fuerzas destacadas de Salvatierra, en el monte de Astigarraga, los tales “aragoneses”, que en unión de los otros coautores fueron conducidos a Valladolid con un escribano que diera fe de no haber tomado sagrado los reos desde su nueva prisión.
El 10 de Julio de 1751se da cuenta de haber venido de Valladolid un escribano, un alguacil y verdugo, trayendo la cabeza y la mano derecha de Diego Redrado y fue colgada y expuesta en una escarpia frente a la cárcel de ésta Villa de Salvatierra, diligencia que costó 1.377 reales y 13 maravedíes y la cuenta de los anteriores gastos 7.100 reales.
En memoria del infeliz carcelero, existe inmediata a la esquina de Oriente de la Casa Consistorial una cruz de piedra con una inscripción que dice:
AÑO DE 1750 EN ESTA CARCEL MATARON AL ALCAIDE Y SU HIJA
Era el finado Aldanondo hombre pobre de bienes, pero trabajador y honrado, que desempeñó desde 1712 los cargos de Mayordomo, Alcalde y Colector dulas durante 38 años; y nos complace consignar el detalle de haberle llegado la muerte, escribe Fortunato Grandes, en ocasión de estar toda la familia rezando el Santo Rosario.
La otra hija, falleció en Vitoria, poco después a consecuencia de las heridas que recibiera.
¡Cuatro muertes y un ajusticiado por causa de una mala mujer origen de todo! Teodosia Ortiz de Elguea.
Fortunato Grandes, Cosas de Salvatierra.
LA CRUZ DE LA MADURA
Aunque Fortunato Grandes en sus libros “Cosas de Salvatierra” y “Apuntes históricos de Salvatierra” dice que de la Cruz de La Madura sólo queda el recuerdo, las personas mayores de La Madura recuerdan que lo que quedaba del fuste estuvo situado al lado izquierdo del camino que va a Biari hasta hace unos cuarenta años.
Sin embargo en el presbiterio de la Iglesia de San Juan se conserva un capitel de una cruz de término con los escudos de los Vicuña -
Esta cruz figura dentro de las de tres gradas dado que en el Archivo Municipal de Agurain se refleja en las condiciones de obra de la cruz de La Madura que dice así:
“...y aya de llebar tres escalones por todas partes de la dcha cruz”.
También sabemos que fue el maestro cantero Juan de Arteaga, artesano que intervino en numerosas obras de carácter doméstico y religioso el autor de la desaparecida cruz de La Madura.
EL MOJON DEL APOSTALADO
El mojón del Apostolado estaba situado junto al río que llaman de los Apóstoles, cerca de la confluencia con el Zadorra. Este hito o mojón venía a señalar el cofín de los tres ayuntamientos : Salvatierra-
UNA PIEZA ARTÍSTICA ROBADA EN ALAVA.
Éstos días ha desparecido una estimable pieza artística del siglo XV en los campos de Alava. Se trata de un prima de piedra de ocho caras, d estilo gótico, conocido por el mojón del Apostolado. Posiblemente formó parte de algún crucero de piedra, sito en la ruta jacobea, con motivo de cuyo estudio fue el año pasado catalogada y fotografiada por la sección de historia de la S.E. Manuel Iradier, los trabajos fueron realizados bajo la dirección de Micaela Portilla en las rutas alavesas de peregrinación.
Dicha pieza se encontraba en término de Gaceo sitiado como mojón para delimitar los de Iruraiz, Barrundia y Salvatierra y por la mencionada Sociedad se habían hecho gestiones para llevarla a Vitoria para su conservación y protección ya que se conocía el interés de algunos anticuarios para apoderarse de ella.
La imágenes grabadas en dicha piedra, en arcos conopiales decorados con motivos vegetales y geométricos son: Santa catalina, Santa Bárbara, San Andrés San Juan, San Bartolomé, Santiago, San Martín y otro santo no descifrado por el peor estado de conservación.
Se cree que dicha pieza haya salido de la provincia si bien se llevan a cabo investigaciones para su hallazgo, en cuyo resultado no se tiene confianza. Oct. 1965..
.
.
.
LA CRUZ DE BIARI o BIARIZ
Poco conocemos de ésta cruz de término, salvo lo contado por las personas mayores de Agurain. Se encontraba dicha cruz entre La Madura y Mezquia en un alto llamado Biari y que podía señalar antiguos caminos que venían de la Sakana navarra a través de La Llanada alavesa.
Este camino llegaba al hospital de San Lázaro y la Magdalena situado al Norte de la villa de Agurain y fuera de sus muros, al que también accedían los peregrinos que habían bajado del puerto de San Adrián por Zalduondo y Ordoñana. En el camino de Mezquía a Salvatierra, cuenta Micaela Portilla que pudimos recorrer en el primer trabajo de campo sobre rutas jacobeas por Alava el año 1964, se encontraban losas bien conservadas en algunos trechos y el pequeño desnivel donde estuvo la Cruz de Biariz, hoy todo ha quedado borrado por la concentración parcelaria.
LA ANTIGUA CRUZ DE OPAKUA
Hace uno años, revisando junto con Camino Urdiain, directora entonces del Archivo Provincial de Alava, unas fotos de varios fotógrafos alaveses, entre ellos, Gerardo López de Guereñu de Agurain y su entorno de los años 40 – 50 encontré una de un crucero del siglo XVI de Opacua que la había realizado el propio Gerardo, en un principio, creímos que se trataba de un error, porque en Opakua no teníamos noticias de ningún crucero, pero puestos en contacto con Esteban Martinez, en su libro “Crucero de Alava” ya había descubierto que dicha cruz había sido vendida a principios del siglo pasado fuera de nuestra provincia y de nuevo había sido comprada en el pueblo de Sarriá (Alava) que es donde se encuentra en la actualidad, en la finca “Atse-
Se trata de una cruz renacentista con reminiscencias góticas. Es obra del siglo XVI, aunque podría ser de épocas anteriores.
Se levanta dicha cruz sobre una basa rectangular de la que una parte se halla enterrada en la tierra y ésta reforzada por cuatro gruesas grapas de hierro que dan consistencia al crucero.
Es una cruz inmaculísta, y ésta coronada por un original capitel sin imágenes aunque la moldura que le divide externamente le da vistosidad y esbeltez rompiendo su monotonía.
La cruz propiamente dicha, de una factura encantadora, del estilo de la de Ventaberri de Agurain, descansa sobre un pequeño Calvario o Gólgota con mayor relieve en el anverso donde se puede contemplar el Crucificado, de línea estilizada con corona de espinas y de rasgos sobrios y serenos. Presenta sus brazos rectos y delgados como no he podido contemplar en otros cruceros. Deja ver sus piernas destrozadas por estar, sin duda, finamente labradas y reposa sobre una calavera.
En el otro reverso la Virgen con un amplio y recogido manto y el Niño en sus brazos y a sus pies un ángel con alas desplegadas y la media luna, símbolo mariano.
El crucero está aún muy bien conservado, mostrando sobriedad y elegancia de épocas anteriores, erigiendo al ejecutor como un gran artista.
De las noticias recogidas en Opakua, hacían comprender que en ésta pequeña localidad habíamos tenido un hermoso crucero, que no supimos conservar y que hace muchos años fue adquirido fuera de nuestra provincia, y hace unos años volvía a Álava aunque el lugar que la cobija quede tan lejos de su primitivo emplazamiento.
La cruces de siempre han marcado los viejos caminos, han sido desde la Edad Media, un legado de fé, perdón y cobijo, un adiós y un saludo. El conjuro para los malos espíritus. Cruces de gran valor arqueológico y artístico y aún histórico han desaparecido por diversas circunstancias. También a ello han contribuido la desidia de nuestras gentes.