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ERMITA DE LA MAGADALENA
Kepa RUIZ DE EGUINO
Es sin duda, la más conocida de todas las que han existido bajo la jurisdicción de Salvatierra –Agurain. En ella tuvo su sede el Hospital de San Lázaro, existente ya en 1487, encargado de recibir y atender a los viajeros y peregrinos que dirigían a Santiago de Compostela a través de paso de San Adrián, donde se retiraban algunas beatas a servir a Dios, asistiendo a los enfermos. (Micaela Portilla cita que por delante de esta ermita de la Magdalena transcurría a finales del siglo XVIII el Camino Real que se dirigía a la Ciudad de Pamplona siguiendo por Mezquía, Eguilaz, San Román (A.M.de Agurain, Caja 551, n. 1fol. 87).
Los Reyes Católicos expidieron en Medina del Campo, el año de 1489 una Real Provisión, disponiendo a petición de Salvatierra, que nadie pueda pedir limosna para la ermita y hospital de San Lázaro, que no esté autorizado para ello por los vecinos. Al propio tiempo hicieron dichos Reyes renuncia y cesión del Patronato de la Ermita de la Magdalena a favor de la Villa, para que corriera de su cuenta la administración de las rentas y limosnas.
Habiendo querido el Señor Obispo de Calahorra intervenir las cuentas del Hospital, Ermitas y Arca de Misericordia de Salvatierra, se opuso a esta el vecindario de esta y el Rey, considerando que el Hospital fue construido en terreno propio de la Villa y sostenido por esta y que pagaba así bien hospitalero mayordomo y una mujer para el servicio de pobres y peregrinos, a costa de sus bienes propios y no con mandas pías, por lo que declaró el 13 de Mayo de 1489 al citado Obispo no hacía fuerza a la Visita de ornamentos sagrados, con el fin de que esto estuvieran cual corresponde y le dijo el Rey al Prelado, que levantara la excomunión a todos aquellos que se encontraban en tal estado por negarse a entregar los libros de cuentas.
Existe otra noticia que se refiere al modo y porqué del traslado de los papeles del Archivo de la Villa a la Magdalena a fin de ponerlos a salvo del incendio que asoló Salvatierra en el año 1564. (En sesión del Ayuntamiento de fecha 27-
La condición de hospital se manifiesta asimismo en 1567 al librar un pago por:
“hazer dos camas para pobres en....que benian a esta viª y no abia donde rrecoger sino era en la casa de la Madalena e San Lazaro de la dha. villa...”
En el año 1607 , esta ermita se cita como uno de los lugares donde celebran reuniones los miembros de la Cofradía General de Arrieros y Trajineros de Santa María Magdalena. La primera referencia que hemos encontrado que mencione una intervención constructiva en la ermita data del año 1621, al manifestar se realicen obras en el tejado de la misma.
En el tiempo comprendido entre 1661 y 1689, la ermita de la Magdalena experimenta importantes obras que seguidas en el tiempo fueron: En el bienio de 1661 – 62, la ermita sufre una ampliación, con una segunda capilla, en eje con la “Capilla Mayor”, levantando las paredes de la nueva capilla hasta enrasar con la existente a fin de que coincidan asimismo sus tejados. La piedra blanca de sillería que lleva la nueva obra procede de la muralla de la Villa de Salvatierra del lienzo junto a la iglesia y Portal de Santa María.
Fue el maestro cantero transmerano Juan Setién Agüero, el artífice encargado de ejecutar la obra por un valor de 6.000 reales de vellón. Junto a la erección de la iglesia, también se llevó a cabo la construcción del borde utilizado por el casero que habitaba la casa aneja a la ermita, arruinado meses antes del comienzo de las obras de la iglesia.
En el transcurso de la obra, el maestro Setién da cuenta al Ayuntamiento de la Villa a través del Mayordomo de la “Vendita Madalena y Ospitalidad de San Lazaro..”. Diego de Oquerruri, de la posiblilidad de “açer coro el quartto que hacia al poniente de la madalena y para ello dejar una...en el lienço prinl. de la Portada”.
En el año 1678, a los dos tramos o capillas de que consta la iglesia de la ermita se les proporcionan sendas bóvedas de crucería con terceletes y nervios de ligadura, similares a los que presenta hoy el tramo cuadrado de la capilla del cementerio. Fue el maestro cantero Juan Martínez de Ayesta el encargado de construir las bóvedas recibiendo por ello 4000 reales de vellón.
La última obra encargada, en este activo periodo de las décadas centrales de la segunda mitad del siglo XVII, se refiere a la ejecución del retablo de la ermita. El autor de la obra fue el maestro arquitecto Juan Saez de Madina, siguiendo la traza de José López, maestro arquitecto y vecino de Genevilla. En la entrega del retablo, el año 1689, intervinieron como peritos reconocedores los maestros arquitectos Juan de Arriete, nombrado por el rematante, y José López en representación de la Villa. En la declaración jurada de los peritos se manifiesta que el mismo está hecho en madera de nogal, advirtiéndose pequeñas irregularidades de ejecución y nivelación.
En el siglo XVIII, año de 1730, aparece en el libro de Acuerdos del Ayuntamiento de la Villa de Salvatierra la orden de suspensión “por ahora” de la obra del coro de la Magdalena por ser muy costosa su erección. Sin embargo se da licencia para abrir una puerta que lleve al púlpito directamente desde el exterior ante la gran aglomeración de gentes que se concentran el día de San Lázaro, siéndole muy costoso al predicador acceder al púlpito.
Seis años mas tarde se mandase reconozcan los decretos “para la redificación del coro y hermita de la Magdalena”.
En sesión del Ayuntamiento de agosto de 1807, se da comisión para “componer la pared que se ha caído de la hermita de la Magdalena”. Veinte años más tarde se manifiesta llevar a cabo el ajuste de la campana para instalarla en esta ermita de la Magdalena.
Es la ermita más conocida de todas las que han existido bajo la jurisdicción de Salvatierra – Agurain. En ella tuvo su sede el Hospital de San Lázaro existente ya el 1.487, encargado de recibir y atender a los viajeros y peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.
En el exterior, en el alzado de mediodía, se mantiene actualmente maltrecha la portada de gusto renacentista que bien pudo levantarse hacia 1.662. Se trata de una puerta que voltea en arco de medio punto, con el trasdós moldurado y todo ello enmarcado mediante alfiz. Antiguamente se encontraba allí el escudo de armas de Salvatierra y que fue traslado a finales del siglo XIX.
En el alzado hacia el poniente, actualmente, se abre una sencilla puerta adintelada sobremontada por el escudo de la Villa que se acompaña de la leyenda “S. MAR. MADALENA”
Sobre esta ermita ejercía el patronato el Ayuntamiento y fue vendido en 1839, pasando al imagen a la parroquia de Santa María y el retablo se cedió a Arrizala. Si bien en la visita de 1759 se indica que está en buen estado, ya en 1764 se citan cuatro imágenes “que no se sabía lo que representaban por faltarles la encarnación” y en 1799 se ordena enterrar las imágenes viejas y cambiar el Crucifijo por ser deforme el existente. En 1819 se ordena la limpieza de la iglesia y se prohibe guardar grano en ella.
En el interior, hoy casa particular, sólo subsisten los arranques de una bóvedas de crucería, sobre pilares angulares toscanos.
Ante la casa se consevaba una estela con la Inmaculada del siglo XVII, con inscripción en su mayor parte legible. (según Fortunato Grandes)
VENTA DE LA ERMITA
El Ayuntamiento por acuerdo del 16 de Junio de 1839, vendió en 8000 reales dicho edificio, exceptuando el retablo existente en la Iglesia, el cual, el 7 de Marzo de 1852, fue cedido al Concejo Arrízala para su parroquia.
No obstante, las alegaciones y derechos sustentados, es lo cierto que, en 1742, hacía trece años que no se habían rendido las cuentas de esta ermita y en 1760, otros nueve, defecto bastante generalizado en las que esta clase y aun en las municipales que, a parte del perjuicio económico producían muchos disgustos, según consta en el Archivo.
Del culto que se hacía en la ermita se encargaba el coro de Santa María, percibiendo por ello, aparte de la cera, 28 reales.
BIBLIOGRAFIA
Cosas de Salvatierra de Fortunato Grandes
Camino de Santiago por Alava de Micaela Portilla