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Golpe militar contra la República
Agurain–Salvatierra -
1936-
Agurain 1936 -
Guerra y represión
El centro neurálgico económico y social de la Llanada era Agurain y como tal, fue allí donde se dio mayor movimiento tras la sublevación fascista. El pueblo de Agurain tenía una mayoría nacionalista y algunos núcleos republicanos y tradicionalistas.
Las elecciones en el año 1936 habían quedado de la siguiente forma en Agurain – Salvatierra:
CT – Tradicionalistas-
PNV – Partido Nacionalista Vasco -
FP – Frente Popular -
CEDA -
Las elecciones legislativas de febrero de 1936 y la reactivación del proceso estatuario.
Los candidatos por Álava a las elecciones legislativas de 1936, las ultimas de la etapa republicana, fueron Francisco Javier de Landáburu (PNV), Luis Pérez Flórez-
En Salvatierra fueron interventores Julián Ibáñez por la CT, Francisco Villarreal y Tomás Preciado por el PNV, y Saturnino Olalde por el FP. En la primera vuelta, resultó de nuevo claro ganador –a pesar de descender sus votos respecto a los obtenidos en 1933– el PNV, seguido a gran distancia por la CT, la CEDA y el FP. En la segunda vuelta, el PNV superó los votos de la primera, al contrario que la CT, que siguió quedando en segundo lugar, esta vez a poca distancia de la CEDA., siendo la izquierda la gran perdedora, aunque, yendo unida, superó el número de votos de las elecciones de 1933 (ver Tabla 5). Estos resultados reflejaban la tendencia general del electorado vasco en estas elecciones, en que el PNV perdió muchos votos respecto a 1933 y la izquierda recuperó posiciones, aun quedando muy lejos del triunfo obtenido en las nuevas Cortes.
Una de las consecuencias del triunfo del FP en toda España en estas elecciones legislativas fue la reactivación del proceso del Estatuto, paralizado desde el verano de 1934. El Estatuto de 1936 fue obra de las izquierdas, contando con el apoyo del PNV. El 18 de abril quedó constituida la Comisión de Estatutos de las Cortes, presidida por Indalecio Prieto (PSOE) y con José Antonio Aguirre de secretario. Pese a la resistencia de los partidos de derechas, el PNV trató de conseguir que Álava fuera incluida en el Estatuto.
En el capítulo hacendístico aparecieron algunos problemas, pues el Gobierno dijo que se daban ciertas incompatibilidades entre el Concierto económico y el Estatuto. Quince ayuntamientos alaveses (la mayoría de ellos nacionalistas y republicanos) se dirigieron a las Cortes para pedir la rápida aprobación del Estatuto y el mantenimiento del Concierto.
La reunión del Consejo de Ministros del 6 de julio deliberó sobre el tema, pero éste no se resolvió cuando dio comienzo la Guerra Civil. El 1 de octubre de 1936, las Cortes del Frente Popular en Valencia aprobaron el Estatuto Vasco, que sólo fue efectivo en una pequeña parte de Álava, pues casi toda la provincia –incluyendo a Salvatierra– estuvo desde el principio en poder del bando sublevado. A partir del 18 de julio de 1936, la historia de Salvatierra, como la de Álava y el País Vasco y la de toda España, fue completamente diferente a la vivida durante la Segunda República.
En el año 1936 se produjo la sublevación de numerosos militares y los partidos monárquicos, de derechas y la Falange en contra del gobierno legítimo.
Los obispos de Pamplona y Vitoria en la instrucción pastoral dan su apoyo a la causa de los sublevados. Aquella guerra, entre otros títulos, también sería conocida como "Guerra de Cruzadas" o "Santa Cruzada".
El domingo 26 de Julio de 1936 por la mañana, se presentaron en la Sociedad Juventud Vasca, el Delegado Gubernativo don Pedro Rodriguez de Llamas y el Alcalde don Emilio López de Heredia y en el salón dedicado para estancia de los socios se dirigen al presidente, y el señor delegado en nombre del gobernador le ordena la disolución de la Sociedad, la cual sería clausurada y precintada por orden gubernativa.
Seguidamente en la Casa de la Villa destituyó al Alcalde y a los Concejales y nombró al Concejal don Julián Ibañez de Opacua, el único de ideología tradicionalista, y le dio la posesión de la Alcaldía y se constituyó, con otros cuatro vecinos de la misma tendencia política, la Gestora Municipal.
Dispone que conste en el acta correspondiente, el reconocimiento de la excelente gestión municipal de la Corporación anterior, pero que en atención a las circunstancias se hacía necesaria su destitución.
El día 15 de Agosto de 1936, por la tarde se celebra la función religiosa en la iglesia de San Juan, organizado para el traslado y reingreso del Sagrado Corazón de Jesús al salón municipal y los crucifijos a las escuelas.
Asisten el gobernador señor Fernández Ichaso, jefe de requetés, señor Campo, el Ayuntamiento, clero, juez, secretario judicial y titulares de medicina, farmacia y veterinaria y una sección de requetés a las ordenes del teniente señor Aguirre.
Predica en el templo el canónigo Don Luis Miner y con la participación de las autoridades y el vecindario, procesionalmente el trasladada la imagen del Corazón de Jesús al Ayuntamiento y se colocó la imagen sobre un altar y puesto de rodillas el alcalde don Julián Ibañez de Opacua realiza el acto de Consagración de la Villa en la forma que se hacía cada año en su día y a la vez se restituyeron los crucifijos en las escuelas.
Desde un balcón del salón municipal dirigió la palabra al pueblo don Serafín Saez, párroco de Santa María y enaltece la grandeza y trascendencia del acto por lo que respecta al problema social como al de la enseñanza.
Le sucede en el uso de la palabra el señor Larrea, letrado de la Hermandad Alavesa y a continuación el Gobernador, terminando la función con la introducción de la imagen en el Ayuntamiento.
Con anterioridad a estos actos reseñados, grupos armados de requetés tradicionalistas, como también de la Falange, novedad en esta tierra, habían atemorizado a la población con las incursiones en la Villa y su comarca, al ser conocedores de su proceder malvado en muchos pueblos de alrededor como Araia, Dulantzi, Galarreta, Gordoa, Zalduondo, Elburgo, Altsasua, etc..
En Agurain la represión se limitó al cierre del batzoki, expropiaciones, multas, destierros y alguna que otra detención de partidarios de partidos republicanos. Se dio la circunstancia de un grupo de requetés de Olazti entró en el pueblo con una lista de veinte personas para fusilar.
Según contaba Jesús Ruiz de Larramendi: "Nada de eso sucedió gracias a la enérgica postura del alcalde tradicionalista recién nombrado por las nuevas autoridades, que se hizo personalmente cargo de todos y cada uno de los vecinos de Aguain -
El mencionado alcalde Don Julián Ibañez de Opacua, profundamente religioso, era un antiguo carlista que con otras familias de su ideología figuró entre los fundadores de la sociedad Juventud Vasca, en la que causó baja para ingresar en la Hermandad Alavesa, de signo tradicionalista. En su gestión del dicho cargo consiguió que en su jurisdicción no sucediesen hechos irreparables, por cuanto los habitantes de la Villa le quedaron agradecidos.
Durante la guerra, la ocupación o toma de ciudades importantes se celebraba por la Gestora Municipal, ordenando que la Banda de Música tocase melodías apropiadas en la manifestación que por la calle Mayor se dirigía a la parroquia de Santa María a la hora anunciada para la función religiosa, donde algunos predicadores dedicaban la oratoria a la practica religiosa correspondiente con la festividad y a ensalzar al caudillo y las glorias de España.
Fusilados en Alegría – Dulantzi
Otros fusilamientos en la Llanada
En la zona de la Llanada fueron fusilados varios vecinos durante el levantamiento de 1936, en Alaiza fue fusilado un vecino en Urbasa al ser denunciados él, Faustino Fernández y Eugenio Hierro por otro vecino del pueblo, un tal Barrios, falangista. Eugenio Hierro fue avisado y pudo huir al monte, donde estuvo escondido dos meses hasta su detención y después trasladado a la carcel del Convento del Carmen de Gasteiz.
En la zona de Elburgo, los hechos más luctuosos se produjeron en el pueblo de Orenin, donde fueron asesinados a finales de Agosto de 1.936 Pedro Pérez Saez de Okariz y Felipe Zendoia Galdos, estos fueron fusilados cerca de la caseta del guardabosques de la Sierra de Elguea.
Fusilamientos en Asparrena
En Araia, solamente en 1.938, 47 personas estaban presas en distintas carceles, 4 en los Batallones de Trabajadores, 14 habían sido sancionadas por sus ideas políticas y 6 habían sido asesinadas por cuneteros carlistas y falangistas y uno estaba desterrado.
Los primeros fusilamientos acabaron con tres jóvenes que, procedentes del vecino pueblo de Ziordia huían por el monte hacia Guipuzcoa. Fueron capturados por los requetés, cuyo jefe era un tal Irigoien de Bilbao y fusilados en la tapia del cementerio de Araia. Otro consiguió salvarse al pedir un sacerdote y ante la ausencia de éste fue dejado para el día siguiente y al llegar una orden desde Vitoria se libró del destino de sus compañeros.
En Araia fue fusilado Sixto Ruiz de Gauna en el camino que va a Ilarduia y le enterraron en una finca suya, regresó su hijo del frente, lo desenterró y lo llevó al cementerio, Los requetés que lo asesinaron procedían de los pueblos de Gordoa y Arriola.
En Zalduondo el 9 de Agosto de 1.936 tres vecinos fueron asesinados, los hermanos Hilario y Toribio Iñiguez de Heredia Martínez de Ibarreta y el maestro del pueblo Miguel Gil Pardo.
El maestro fue muerto junto con otros dos maestros de la zona, el de Galarreta, Bernardino Pérez y el de Gordoa, Mauricio Rodriguez. Todos ellos fueron arrojados a la sima de Otxoportillo, en la Sierra de Urbasa.
Uno de los vecinos que se escapó del fusilamiento fue Pedro Salinas, natural de Galarreta. Fue también trasladado a Urbasa junto a los tres maestros y según la versión oficial logró escapar. Su huida fue posible gracias a que consiguió sobornar a los requetés ya que poseía dinero por haber trabajado en América. De esta historia Bernardo Atxaga extrajo el libro "El hijo del acordionista".
Los requetés fueron enviados por el cura del pueblo Don Daniel. El motivo, su ideología de izquierdas y no acudir a Misa. Este cura celebraba misa en el pueblo con la pistola al cinto. Aparte del cura el Alcalde derechista fue el principal instigador de la persecución.
130.137 PERSONAS FUERON A PARAR A FOSAS COMUNES
Entre Julio de 1936 y Diciembre de 1951 fueron fusilados por los golpistas miles de personas en todo el Estado, asesinados en las cunetas, paredes de cementerios o tirados a las simas.
En las innumerables fosas comunes que cruzaban el país igual que una cicatriz siniestra fueron a parar al menos 130.137 personas que se sepa, aparte de otras 7.000 más en los campos de concentración extranjeros.
Se trata de una cifra imponente y aunque lo cierto es que el mundo ha cambiado mucho, 75 años después del final de ésta guerra incivil, ahora que muchas familias de éstas víctimas quieren regresar al pasado para saber, para rehabilitar la memoria de sus parientes y devolverles la dignidad o sacarlas de la ignominiosa tumba clandestina a la que fueron arrojados por sus ejecutores, creo que es hora también de hacer un estudio de Julián Ibañez de Opacua, "el Alcalde Viejo" de Salvatierra y saber porque en nuestro pueblo no hubo noticia alguna de fusilamientos, ni de "paseos" a manos de los requetes, carlistas o fascistas que venían desde los pueblos de los alrededores, tal y como contaba Jesús Ruiz de Larramendi.
LA DETENCION DEL ALCALDE DE LIZARRA
Otro hecho que ocurrió en Agurain fue la detención del Alcalde de Lizarra (Estella), Fortunato Aguirre Luquin, por requetés de Olazti y Lizarra dirigidos por el cura de Lizarra. Fortunato Aguirre había huido de Lizarra y se había refugiado en nuestra Villa, donde, dada la relativa tranquilidad que reinaba en nuestra Villa, Aguirre pensó que pasaría desapercibido.
Pero estando en la calle sentado en un banco de la plaza de San Juan de Agurain charlando con la gente, apareció un coche repleto de requetés que le reconocieron.
Trató de huir pero fue capturado, los requetés al detenerlo, gritaban enardecidos ya que lo consideraban un gran triunfo. Fortunato Aguirre había denunciado las reuniones del General Mola y otros militares y carlistas en el monasterio de Iratxe, denuncias a las que el Gobierno de la República no hizo el menor caso.
Fortunato Aguirre Luquin había nacido en Arellano el 12 de Julio de 1898, estudió en los capuchinos de Estella, continuó los estudios de latín, moral y cánones en Altsasu. Más tarde puso un comercio en Pamplona y se estableció en Estella instalando un taller mecánico. Contrajo matrimonio y tuvo una hija, más tarde enviudó y se casó con Elvira Aristizabal en 1929 con la que tendría cinco hijos.
En 1931, tras ser proclamada la II República era elegido concejal y Alcalde de Estella. Fue un alcalde popular nombrado por unanimidad por la mayoría de la derecha y la minoría de la izquierda. Como tal presidió la Asamblea del Estatuto Vasco celebrada en Estella en 1932. En el verano de 1934 presidió la Comisión de Alcaldes de Navarra. Su gestión municipal fue destacada, combatiendo el para obrero y trazando nuevas vías de ensanche de la ciudad. Pertenecía al Napar Buru Baltzar.
Aguirre fue asesinado de dos tiros en la nuca, tras 72 días de prisión y enterrado en secreto el 29 de Septiembre de 1936 por elementos pertenecientes al bando alzado en rebeldía contra la República. Su viuda estaba embaraza de gemelas.
Una vez terminada la guerra y con la promulgación de la Ley de Responsabilidades Políticas sólo un vecino de Agurain fue juzgado y se da la circunstancia de que esta persona no era de la Villa, por lo que es más que posible que la denuncia le llegara por la delación de las autoridades locales (cura, alcalde o jefe de la Falange) de su anterior residencia.
Durante el transcurso de la guerra continuaron las amenazas, detenciones, multas de mil pesetas por alteración del orden público y destierros.
Los niños y niñas eran obligados a vestirse de requetés y "margaritas" (sección femenina carlista), desfilar por la Calle Mayor y asistir a la misa en formación.
Se promulgó la obligatoriedad de asistencia a misa, a la que tuvieron que ir gentes izquierdistas y republicanos.
Como en casi todos lo pueblos de Araba, tras la toma de alguna ciudad por el ejercito franquista, la banda de música era obligada a salir, se celebraba el correspondiente "Tedeum" y se hacía un discurso alusivo a la victoria sobre el marxismo y el separatismo.
HECHO REPRESIVO EN LEZAO
Se dio en Agurain un hecho represivo que conmocionó a la población: fue la detención de José Aseguinolaza y Martín Arrizabalaga, habitantes del caserío Lezao, cercano a Eguileor, bajo la acusación de haber facilitado la huida de personas procedentes de Nafarroa.
Ambos estuvieron condenados a muerte pero finalmente no llegaron a ser ejecutados.
Existió en Agurain un batallón en el que los prisioneros eran obligados a recorrer los pueblos realizando obras, trabajando duramente de sol a sol. Los militares obligaron también a los habitantes de los pueblos a transportar munición al frente del Gorbea con sus carros y mulas bajo la amenaza de una multa de setenta pesetas.