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Este año se conmemora el 150 aniversario del primer ferrocarril de la Comunidad Autónoma Vasca, en concreto, el tramo comprendido entre la estación burgalesa de Miranda de Ebro, Vitoria – Gasteiz, Agurain y la navarra de Olazagutia que, en sus 74 kilómetros, recorre toda la Llanada Alavesa y atiende, entre otras poblaciones, a la capital administrativa del País Vasco: Vitoria.
La vía férrea de Miranda de Ebro a Olazagutía formaba parte del gran proyecto ferroviario de Madrid a Irún, impulsado por la Sociedad del Crédito Mobiliario y su filial, la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. Esta importante línea, la primera de carácter internacional en España, había sido concedida a un grupo financiero francés capitaneado por los hermanos Pereire, en 1856. Dos años más tarde, el 2 de agosto de 1858, comenzaban las obras en el territorio alavés aunque, según señalan las crónicas de la época, el acto no revistió solemnidad alguna. En concreto, el Parte Oficial de la Gaceta de Madrid publicado el 11 de agosto de 1858 señalaba:
Vitoria, 7 de Agosto. Ayer principiaron las obras del ferro-
En fin, aunque la inauguración se ha hecho sin solemnidad alguna, presentándose los operarios en el lugar señalado por los contratistas de la explanación, es un hecho consumado que se ha principado a construir el ferro-
Uno de los aspectos más singulares de las obras de construcción del ferrocarril del Norte en Álava fue que en ellas participaron activamente los soldados del Regimiento de Infantería Castilla que, diariamente, proporcionaba más de 200 hombres a los contratistas. Así lo recogía el Parte oficial del 15 de junio de 1861:
El regimiento de infantería de Castilla, que guarnece esta ciudad, da cada día más de 200 hombres para los trabajos del ferro-
Ciertamente, sería interesante poder contrastar si, en efecto, los soldados mostraban tanto entusiasmo por trabajar en las obras del ferrocarril o si, por el contrario, no les quedaba más remedio que tirar de pico y pala...
El mismo Parte Oficial informaba de la llegada a la capital alavesa, a medidos de junio de 1861, de la primera locomotora, que había sido desmontada en los talleres de Valladolid y enviada a Vitoria en tres grandes piezas que, de inmediato, fueron ensambladas en la estación. En breve esperaban que la máquina estuviera dispuesta... "para emprender su movimiento, y será un día de regocijo para los habitantes de esta provincia cuando la vean marchar por esas llanuras con la velocidad del rayo, arrastrando en pos grandes y pesados carros cargados de materiales para las obras de la vía y éstas adelantaran rápidamente con este poderoso auxiliar".
Gracias a la ayuda de esta locomotora y del trabajo "voluntario" de los soldados, las obras se desarrollaron con gran rapidez. De hecho, aunque la documentación oficial señala que el trayecto se inauguró el 13 de abril de 1862, un mes antes el periódico Irurac-
Por tanto, el 6 de marzo de 1862 iniciaba el ferrocarril su andadura en el País Vasco. Ciertamente lo hizo con bastante retraso, ya que la primera línea del mundo explotada exclusivamente con locomotoras de vapor se estableció en Gran Bretaña, entre Liverpool y Manchester, en 1830 y, 18 años más tarde, se inauguró el primer ferrocarril de la península ibérica entre Barcelona y Mataró.
Sin embargo, este retraso inicial pronto se vio compensado con la rápida construcción de numerosas líneas, primero de vía ancha y más tarde de vía métrica, que conformaron una de las redes ferroviarias más densas de Europa.
Juanjo Olaizola Elordi
El pasado mes de abril recordaba, en una entrada que también ha sido publicada en la edición impresa de Vía Libre del presente mes de mayo, que este año 2012 se celebra el sesquicentenario del primer ferrocarril del País Vasco. Este primer tren inició su andadura el 6 de marzo de 1862 entre Miranda de Ebro (Burgos), Vitoria (Alava) Agurain (Araba) y Alsasua (Navarra), tramo que formaba parte de la importante línea internacional llamada a conectar Madrid con Irún y París.
Dos años más tarde se culminó la construcción de este importante ferrocarril, definitivamente inaugurado el 15 de agosto de 1864. Entre los numerosos invitados a tan destacado evento, la inauguración de la primera conexión ferroviaria internacional de nuestro país, asistió una nutrida representación de la prensa de la época, entre los que se encontraba el insigne escritor Gustavo Adolfo Becquer. Pocos días después, su singular crónica del viaje inaugural fue publicada en el periódico El Contemporáneo bajo un llamativo título; "Caso de Ablativo".