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TOROS Y SOKAMUTURRA EN AGURAIN
TOROS
Desde la prehistoria hasta nuestros días, los habitantes de nuestra Villa han utilizado de forma ininterrumpida a los toros, no sólo como alimento, sino aprovechando sus características naturales; para jugar con él provocándolo, esquivando sus embestidas; haciéndolo pasar y correr y, en síntesis lidiarlo, hasta que el cansancio lo deja inactivo, para al final, generalmente darle muerte.
Esta acción producía en los participantes unas sensaciones muy singulares al tiempo que se realizaba un ritual.
SOKAMUTURRA – TOROS Y FIESTAS POPULARES
Ensalzada por unos y denostada por otros, considerada un arte sublime o una terrible crueldad, la llamada fiesta de los toros no deja a nadie indiferente, constituyendo sin duda una pasión por excelencia.
Junto con otras fiesta populares en las que el toro es tótem con el que rivalizar en fuerza bruta, el carnaval (prohibido tras la Guerra Civil, porque la Iglesia lo considera motivo de desenfreno), las tamborradas, hogueras, etc…son ocasión en las que los sentimientos religiosos o atávicos se mezclan con representaciones de antiguos ritos y con una explosión transgresora y burlesca del goce y sensibilidad.
En Agurain se ha practicado desde tiempo inmemorial varias clases de fiesta de los toros: encierros o sokamuturras, corridas de novillos, suelta de vaquillas y toros propiamente dichos.
En las sokamuturras con los mozos corriendo delante de ellos para probar su valor; en la suelta de vaquillas, el público juega con vacas o toros de poca presencia corriéndolos y burlándolos.
El toro ensogado consiste en correr por las calles de la Villa a un toro al que se le había atado una soga alrededor del cuello; los mozos la agarran y tiran de ella para atraer el toro o evitar que les embista,
El toro de fuego, no se ha celebrado en nuestra zona salvo el muñeco con cohetes y material pirotécnico que se usa para jugar con los más pequeños.
EL BOMBERO TORERO
Existe otra modalidad de toreo cómico que consistía en lidiar unas reses, por lo general de poca presencia, con los toreros enanos o disfrazados de bomberos o bien grupos de blusas fingiendo escenas cotidianas en las que de pronto irrumpe el toro y lo desbarata todo.
Al final las cuadrillas, como los Balas participantes perpetraban toda clase de bromas y diabluras a la res, como retenerla con toda clase de artilugios, tirándola del rabo o derribarla su fuerza bruta con ingenio y maña.
FOTOGRAFIAS:
Pepe Olalde
Diego Andrada
Jaso Ruiz de Alegría
Txumari Garagalza