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NICOLÁS CAMPO JIMENEZ DE VICUÑA
Ula (Agurain) 1920 – Mas Claret 1936
Claretiano fusilado en 1936
Por: Jesús Mari Alday
Nació en Agurain el 5 de marzo de 1920 en el caserío de Ula, donde existió una ermita dedicada a la Virgen de Ula o Uhula. Esta ermita ya existía en 1270 cuando fue donada a la Villa por el Rey Alfonso X el sabio para el concejo de Salvatierra le ayudara a amurallar la villa, donación confirmada más tarde por su hijo, Sancho IV.
Una Andra Mari de estilo proto-
Mucho después de haber sido amortizado el monasterio – ermita en el siglo XIX la imagen todavía seguía allí y el pequeño Nicolás y familia la pudo conocer e invocar.
Fue adquirida después por unos particulares junto con el edificio, convertido en casa de labor.
Fueron sus padres José Campo Murua, natural de Agurain, labrador y Romana Giménez de Bikuña Ruiz de Gauna, natural de Zuazo de San Millán.
Fueron sus abuelos paternos Lucas Campo, natural de Miraveche (Burgos) y Crisanta Murua, natural de Agurain y los abuelos maternos, Benito Giménez de Bikuña y Braulia Ruiz de Gauna naturales de Zuazo de San Millán.
Tuvo cinco hermanos :
Justo nacido en 1912 y casado con Gabina Ruiz de Eguino en 1941 en la parroquia de Santa María
Cesárea, nacida en 1914 y casada con Felíx López de Armentia casado también en Santa María en 1940.
En el año 1918 Don Juan Ramírez de Okariz, practicante de medicina bautizó privadamente "sub conditione" a otro hermanito por no dar señales de vida, nacido también en el caserío de ULa;
En el año 1920 nacería Nicolás nuestro biografiado;
En 1923 nacía otra hermana Fortunata, casada con Francisco Ugartondo y López de Sabando en la parroquia de San Vicente de Vitoria en el año 1947.
El último en nacer fue Lucas.
El pequeño Nicolás dos días después de su nacimiento fue llevado a la Iglesia de Santa María para recibir el sacramento del bautismo.
Celebró el sacerdote D. Teodoro Ramírez y le puso por nombre Nicolás y el 3 de Abril de 1921recibía el sacramento de la confirmación en la Iglesia de San Juan Bautista de Agurain por Monseñor Eijo y Garay (1917-
En el registro bautismal de la parroquia de Santa María no se encuentra ninguna anotación de haber profesado como claretiano ni haber sido fusilado en 1936.
Nicolás Campo ingresó muy joven en el Seminario Claretiano de Agurain y de allí pasó a Cataluña, a Cervera perteneciente a la Comunidad Claretiana
El día 21 de Julio, todos los residentes en el edificio de la ex – universidad de Cervera, unos 180 incluidos los 63 postulantes, fueron obligados por el Ayuntamiento de la ciudad a dejarlo en el plazo de una hora.
Los más enfermos fueron trasladados al Hospital de Cervera, algunos se dirigieron a sus familias o casas particulares, y el grupo más numeroso de la Comunidad salió en camiones y autobuses a Solsona con intención de juntarse a la Comunidad Claretiana de allí , pero al llegar a Torá recibieron orden de retroceder.
Entonces se dirigieron a San Ramón y permanecieron en el convento mercedario de este pueblo hasta el 23 de Julio por la mañana. Forzados por por el comité y la presión social a salir de allí, muchos se dirigieron a Mas Claret.
En la finca agrícola de mas Claret, que proveía de alimentos a la Comunidad de Cervera, había una pequeña comunidad, compuesta principalmente de hermanos, (entre ellos el Hermano Nicolás, apenas destinado a aquella Comunidad) al cargo del campo y de los animales.
El hermano Francisco Bagaría, residente en Mas Claret desde 1925, era el principal encargado fiel y eficaz de este servicio. Esta circunstancia movió a los milicianos a salvarle la vida para que siguiera con el cuidado de la finca.
A partir del día 29 de Julio los claretianos debían recibir al Comité formados y con el puño en alto. El día 1 de Agosto unos intrusos armados, conocidos como Escamots, encerraron a los religiosos en la Capilla de la Comunidad amenazándoles.
Poco a poco fue aumentando la vigilancia y la persecución propiamente religiosa. Se les prohibió rezar juntos y se les invitó a la blasfemia y a la apostasía.
El día 15 de Agosto los del Comité de Cervera se presentaron al Mas Claret a las diez de la noche en un coche y un camión. Venías a buscar provisiones. A pesar de lo desacostumbrado de la hora algunos religiosos les sirvieron lo que pedían.
Al comparecer fueron burlados por los visitantes, los cuales aprovecharon la oscuridad de la noche de aquel cálido 15 de Agosto para provocarles contra la castidad.
Los religiosos más jóvenes como Nicolás Campo, eran más provocados por las milicianas. Ante esta resistencia cristiana de fidelidad de los claretianos a sus compromisos religiosos, el mismo Comité de Cervera decidió forzarlos a la apostasía.
Aunque el Comité repitió muchas veces las amenazas del proyecto, explicándoles con insistencia que era la única manera de salvar sus vidas, estos nunca accedieron.
DISPUESTOS A MORIR
El día 18 de Octubre llegaron los del Comité y les mandaron preparar ropa de fiesta, para sacarles una fotografía. Al día siguiente llegaría el momento de la inmolación.
Preparados los vestidos nuevos para la fotografía, los religiosos fueron reuniéndose en el patio. Cuando los religiosos se iban reuniendo en el patio de la casa con el pretexto de la fotografía (¡qué ingenuos¡) un buen grupo de milicianos armados ya habían ocupado los lugares exteriores más estratégicos para que nadie pudiera escaparse. El edificio de Mas Claret estaba totalmente sitiado.
Fueron varios los testigos que además de los asesinos y acompañantes, vieron, desde varios puntos distintos, la solemne procesión de los mártires, dirigiéndose al sacrificio.
Los condujeron a una distancia de unos 300 metros, alineándolos, ante una ametralladora. Llegados al lugar del martirio, los religiosos, ya puestos delante de los fusiles y ametralladoras, se arrodillaban y se golpeaban el pecho, mientras recibían el impacto mortal de las balas de una ametralladora: 18 en total.
Le habían puesto fuego ya el día anterior, después del asesinato. Muchos estaban agachados de boca al suelo; alguno estirado y de cara arriba, en actitud de arrodillados. ¡Madre mía¡ ¡Madre mía¡ Gritaban los mártires en su agonía, hasta que fueron asfixiados con un puñado de paja encendida en la boca.
Fueron enterrados allí mismo. Cuatro milicianos cuidaron de avivar el fuego durante los días que estuvieron ardiendo los cadáveres, que fueron desde el lunes, al atardecer, hora del asesinato, hasta el viernes a primera hora de la mañana, en que fueron sepultados allí mismo… Un payés, que trabajaba a unos 150 metros, los vio pasar y oyó los tiros. Al poco rato una gran humareda cubió el valle. Los cadáveres ardieron cuatro días en el fuego avivado por cuatro milicianos , desde el lunes, 19 al viernes 23, fiesta entonces de San Antonio María Claret.
A primera hora, los milicianos habían comenzado ya a construir la zanja. El jueves, por la tarde, se marcharon y dejaron encargados a los trabajadores de la Colectividad de Campesinos que ellos mismos cuidaran de enterrar a "aquellos" al día siguiente, como efectivamente se hizo.
Después de la guerra, sus restos fueron trasladados, primero a uan habitación de la casa de la finca y más tarde al Panteón de la Congragación en el cementerio de Cervera.
(Acta parroquial de defunción en San Pedro del Arquells, 19 de Octubre de 1936).
El motivo del martirio de los misioneros claretianos de Mas Claret consta que no fue otro que el odio a la iglesia y a sus ministros a los que consideraban opresores del pueblo.
Una opresión moral y económica que para los del Comité era motivo de persecución y de condena a muerte. Éste fue el motivo que mataran y quemaran a este grupo de claretianos por ser religiosos y manifestarse así.
Entre ellos, el más joven de todos, este hijo del caserío de Ula en Agurain.
En aquel grupo se encontraban también los navarros Julio Leache Labiano, sacerdote, natural de Monreal: Francisco Simón Pérez, clérigo profeso de Etxauri; y los cérigos profesos Dionisio Arizaleta Salvador, José Serrano Pastor de Korella y Juan Senosiain Zugasti de Guirguillano.
JESUS MARI ALDAY
CLARETIANOS FUSILADOS
Web . religiónenlibertad
Entre los 273 mártires de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (misioneros claretianos), recordamos hoy a los 18 que fueron sacrificados en la finca Mas Claret, después de pasar tres meses arrestados en su propia casa. Su causa de beatificación está incluida en un proceso que se presentó en el año 2001 que reúne a 109 mártires de varias causas agrupadas con el título de Siervo de Dios Mateu Casals Mas, Teófilo Casajús Alduán, Ferran Saperas Aluja y 106 compañeros mártires claretianos de Barcelona, Lleida y Valencia.
Primero podéis ver este video en donde los claretianos, en menos de 10 minutos, presentan de forma magistral la historia de este día
La Comunidad de Cervera
Mas Claret es una finca, situada a 7 kilómetros de Cervera (Lleida), que fue adquirida por la Comunidad Claretiana de Cervera hacia los años 1920 para atender las necesidades primarias de sus individuos, especialmente para los enfermos.
El día 21 de julio de 1936 la numerosa Comunidad de Cervera fue obligada a abandonar el edificio en una hora. Muchos de sus moradores fueron trasladados en autobuses hasta Torá y de allí al convento de Mercedarios de San Ramón, donde estuvieron hasta el día 23 por la mañana.
Algunos encontraron refugio en algunas familias conocidas. Otros, la mayoría, se dirigieron andando hasta los bosques cercanos de Mas Claret. Allí pasaron la noche del 23 al 24.
El día 24 por la mañana se reunieron en la capilla de Mas Claret. Los superiores hicieron dos listas que formaban los dos grupos que aquella misma tarde partieron buscando otros refugios, para descongestionar el Mas Claret.
Uno de los estudiantes supervivientes, el P. Manuel Ramírez, recuerda que "el P. Felipe Calvo, en funciones de superior, antes de despedirles pronunció una sentida plática, enfervorizándonos para el martirio, después de la cual pasamos todos a besar el Santo Crucifijo, jurando fidelidad con gran emoción. Fuera ya de la capilla de la finca, nos despedimos mutuamente. Recuerdo en particular que me despedí del estudiante Onésimo Agorreta, con el cual hicimos el contrato de que quien primero llegara al cielo rogaría por la fidelidad del otro".
Los que se quedaron en Mas Claret pasaron por tres meses de duro trabajo, de convivencia fraterna, de sólida piedad y de abandono total en la divina Providencia, ante la imposibilidad de una huída. En la Comunidad había ancianos y enfermos, a los que los jóvenes jamás quisieron abandonar. Llevados de esta caridad, decidieron ir todos juntos al martirio si llegaba el momento. Y así fue el 19 de octubre de 1936. Pero antes tuvieron que vencer muchas y gravísimas tentaciones contra la fe que profesaban, y contra su castidad cristiana y religiosa, sin que nadie desfalleciera a pesar de los continuos asaltos.
Entre los que los que formaron el grupo de Mas Claret estuvieron los siguientes entre otros:
Siervo de Dios Francisco Marco Martínez, religioso profeso.
Nació el 1 de febrero de 1917 en Odón (Teruel).
Siervo de Dios Nicolás Campo Giménez, religioso profeso.
Nació el 5 de marzo de 1920 en Salvatierra (Alava).
Días de trabajo y noches de catacumbas
Un testigo sobreviviente, el Hno. Francisco Bagaría, recuerda aquellos tres meses de dolor: se trataba de una persecución religiosa. Se les mandó quemar todo signo de culto. Se les prohibió que rezaran en público o en comunidad. El 1 de agosto se intentó hacer apostatar a los jóvenes, recluidos en la capilla, previa separación de los tres sacerdotes (los Padres Font, Agustí, y Calvo) retenidos en el patio. Con una serie de disparos se hizo un simulacro de muerte con el Hno. Ferrer, después de llevárselo lejos de la vista de los demás. Ante esta amenaza de martirio, respondió uno en nombre de todos: "¡Con la muerte vamos al cielo!". El día 1 se llevaron a los Padres Calvo y Agustí. Y el día 2 permitieron quedarse a los Padres Ribé y Leache. El P. Leache animaba a la celebración diaria de la Misa: "Si nos matan por decir Misa, eso es ser mártires".
La castidad, signo de fe
El día 15 de agosto, los misioneros del Mas Claret conocían el doble martirio del Hno. Ferran Saperas en Cervera y Tárrega, defendiendo la fe con la castidad. Desconocían el múltiple martirio en Barbastro, aquella noche de la Asunción, de 20 claretianos más, después de ser víctimas de toda tentación. Hoy, fiesta de la Virgen, les toca a ellos. Milicianas provocativas son ofrecidas a aquellos jóvenes del Mas Claret. Pero todos se apiñan como hermanos. Y deciden ser fieles hasta morir.
Meses después, llegó el 18 de octubre
Eran las cuatro y media de la tarde. Por orden del Comité de Cervera todos se reúnen en el patio para hacerles una fotografía. El Hno. Francisco Bagaría es separado del grupo. Lo suben al coche para llevarlo a Cervera. Pero el coche no arranca y determinan encerrarlo un local cercano. Y desde la ventana es testigo de la prisión de sus hermanos.
Se abre el portal. Y entran numerosos milicianos armados de fusiles y ametralladoras que proceden a poner a los mártires en una columna de a cuatro en fondo. La procesión avanza entre cuerdas y seguida de un gran piquete. Van atados por un brazo. Bajan los siete peldaños de piedra que había en el patio, pasan por delante de la capilla y siguen por el camino que atraviesa el torrente.
En este trayecto, perdonando a sus perseguidores, ellos mismos eran perdonados con la absolución sacramental, que los sacerdotes daban a cada uno, según manifestaron después los mismos asesinos. Los mártires se pusieron casi todos de rodillas, se daban golpes de pecho, y al recibir las descargas caían boca abajo, «como si hicieran genuflexión» comentaba un miliciano presente. ¡Madre mía! ¡Madre mía! gritaba un mártir en su agonía, hasta que fue asfixiado con un puñado de paja encendida en la boca.
Un payés, que trabaja a unos 150 metros, los vio pasar y oyó los tiros. Al poco rato una gran humareda cubrió el valle. Los cadáveres ardieron cuatro días con el fuego avivado por cuatro milicianos, desde el lunes, 19, al viernes, 23, fiesta de San Antonio María Claret, a primera hora, en que los restos fueron sepultados allí mismo. Después los cuerpos calcinados serían recogidos y trasladados al Panteón de los Claretianos en el cementerio de Cervera. En el lugar del martirio se levantó una cruz a la que siempre acuden peregrinos.
Web . religiónenlibertad
Mausoleo en el cementerio de Cervera donde descansan los restos de 43 Siervos de Dios, entre ellos los protagonistas de esta jornada:
Dionisio Arizaleta Salvador, Josep Maria Ausellé Rigau, Emili Bover Albareda, Evarist Buèria Biosca, Joan Buxó Font, Nicolás Campo Jiménez, Francisco Canals Pascual, Antoni Capdevila Balcells, Fernando Castán Messeguer, Enric Cortadellas Segura, Isidre Costa Homs, Eusebio de la Heras Izquierdo, Antonio Elizalde Garvisu, José Ferrer Escola, Manuel Font Font, Jaume Giron Puigmitjà, Ireneo Jiménez Vízcar, Lluis Jové Pach, Julio Leache Labiano, José Loncán Campodarve, Francisco Marco Martínez, Heraclio Matute Tobías, Constantino Miguel Moncalvillo, Francisco Milagro Mesa, Emiliano Pascual Abad, Angel Pérez Santamaria, Genaro Pinyol Ricart, Joan Prats Gibert Buenaventura Reixach Vilaró, Josep Ribé Coma, Ramon Rius Camps, Ramon Roca Buscallà, Josep Ros Nadal, Miquel Rovira Font, Juan Senosiain Zugasti, José Serrano Pastor, Narcís Simon Busquets, Francisco Simón Pérez, Pere Sitges Obiols, Francesc Solà Peix, Manuel Solé Vallespí, Remigi Tamarit Pinyol, Pere Vives Coll.