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Historia de la industria en Agurain

Historia de la industria

AGURAIN INDUSTRIAL

Kepa RUIZ DE EGUINO



La Harinera de Urgutia de Agurain, fundada en nuestra Villa en el año 1848, fue la primera industria que se estableció en todo el Territorio Histórico de Alava.  

Esta empresa fue construida sobre el antiguo molino hidráulico de Urgutia ó Santa María, su desarrollo tipológico alcanzará gran envergadura por su tamaño y desarrollo vertical. Gaspar Urieta, Francisco Goicoechea y Tomás Merino figuran al frente de esta obra de vida efímera, que en 1897, sin poder sobreponerse al impacto de la epidemia de cólera de 1855 y de la Segunda Guerra Carlista, se encontraba en franca decadencia, siendo enajenada poco después a favor de Domingo Azcarraga.

La actividad de la harinera se paraliza definitivamente en 1918, fecha en que la fábrica pasó a ser Seminario de la Orden Claretiana.

Sus ventanas siguen siendo deudoras de los vanos escarzanos que ya parecían en la Harinera de Urgoitia, en una tipología que, al menos en el País Vasco, ha tenido gran fortuna en molinos, harineras y panificadoras, desde las construcciones tradicionales en piedra hasta los ejemplos que incorporan ya nuevas técnicas arquitectónicas como el hormigón armado.

La inespecificidad de su arquitectura, junto con la casi total ausencia de elementos decorativos, manifiesta la singularidad de toda una corriente dentro de la construcción industrial que tiene precisamente en la falta de elementos significativos su mejor caracterización. De hecho, para la mayoría de nosotros su función industrial pasaría desapercibida si no conservase aún hoy su rótulo en cerámica vidriada, donde en letras amarillas sobre fondo azul puede leerse "Panificadora Salvaterrana S. A.".

EMPRESAS EXTRAMUROS


La principal característica de la industria en el siglo XX la encontramos en su afán de superar los límites urbanos, instalándose en las afueras de las ciudades. Dos fueron los factores que impulsaron éste cambio: la necesidad de terreno, limitada por la escasez de suelo en los cascos urbanos, y la fuerza que adquirieron las ordenanzas municipales, limitándose la implantación de industrias en el interior de los municipios.

La Villa de Agurain no sería una excepción y sus industrias más representativas e instalaron en las eras, inaugurando el cambio de siglo la pionera de maquinaria agrícola Gómez de Segura, la primera siderometalúrgica implantada en el siglo XX en éste Territorio.

Las primeras manifestaciones de una incipiente industrialización, que respondía al objetivo de dotar a la Villa de nuevos recursos, las encontramos en los años centrales del siglo XVIII. En 1748 se documenta la creación de una curtiduría promovida por Felipe Ruiz de Luzuriaga y Francisco Sáez de Juana , el primer establecimiento fabril del que tenemos noticia en la Villa, con el que se inaugura una importante tradición productiva de fuerte raigambre en Agurain. En este mismo periodo se tiene constancia de la aparición de tejerías en los arrabales del municipio, así como de la mecanización de algunos oficios tradicionales como serrerías.


Otras industrias implantadas en la Villa en el siglo XIX, y de las que tenemos noticias, incluyen la fabricación de jabón. Así, en 1897 Isaac Almeida, vecino de Vitoria - Gasteiz, instala en la calle Zapatari una industria a pequeña escala, en la que se fabricaba jabón por medio de calor de leña, empleando una caldera de 72 litros de capacidad . Ejemplos como éste nos hablan de que unos inicios industriales ligados al pequeño taller que no precisa de grandes desembolsos iniciales, fuertemente vinculado con la tradición artesanal, y cuya única limitación era el espacio en que enclavar la maquinaria. Al carecer de tipologías específicas, ya que se instalaban en los bajos de las viviendas, no han dejado huella alguna, pero constituyeron ejemplos significativos de los comienzos industriales de Agurain.

Esta convivencia entre el espacio productivo y el de habitación es una característica común en el nacimiento de la industria, que en cierta manera pervivió una vez que los establecimientos fabriles fueron abandonando el centro urbano: frecuentemente la vivienda del empresario no se alejaba excesivamente de la fábrica y constituía junto con ella un conjunto inseparable. Es el caso del otro gran ejemplo de la industria decimonónica en Agurain: la fábrica de pinturas, barnices, esmaltes y secantes de Dionisio Preciado.

HIJOS DE DIONISIO PRECIADO

Fundada en 1890, tuvo su origen intramuros de la villa. Iniciado el siglo XX, se trasladó a las Eras de San Martín, ocupando un pequeño edificio de estructura de madera y muros de piedra, destruido por efecto de unas inundaciones. Durante los años 30 del siglo XX, y gracias a la fabricación de pinturas, vivió un periodo de esplendor, con un fuerte desarrollo económico. La empresa se trasladó en la década de 1980 al polígono de Litutxipi, donde permanece en activo con el nombre de Hijos de Preciado S. A.


El siglo XIX se cierra en Agurain, en cuanto al patrimonio industrial se refiere, con la instalación de una industria tradicional, que continúa con un oficio semi-artesanal, algo muy propio - como hemos visto - de las factorías alavesas. Se trata de una pequeña curtiduría, impulsada por Benito Bustamante en 1899, que contaría "con 4 noques que en junto miden 20 metros cúbicos (...)" y "un obrador de guarnicionería con tienda en la que venderá tan sólo efectos construidos en dicho taller (...)" . Queda así patente la indisoluble unión entre tradición y modernidad, entre oficio artesanal y taller industrial, que caracterizó a las fábricas salvaterranas durante todo el periodo decimonónico y que, como veremos a continuación, se prolongará durante el siglo XX.

Archivo: Kepa RUIZ DE EGUINO

MAQUINARIA GOMEZ DE SEGURA

En Agurain la creación en 1900 de Gómez de Segura supuso un hito para la industrialización alavesa, constituyéndose en la primera siderometalúrgica implantada en el siglo XX en este Territorio.



Maquinaria Gómez de Segura se dedicó desde sus orígenes a la forja y fabricación de maquinaria de labranza, siguiendo la pauta de las primeras industrias alavesas que florecieron al abrigo del sector agrícola. En sus comienzos estuvo ubicada en la calle de la Estación y posteriormente - una vez terminada la Guerra Civil - se trasladó a un nuevo emplazamiento que con los años vendría en denominarse Polígono Litutxipi.  . La gran pujanza de esta empresa hizo que durante los años 40 se emplearan en ella más de cincuenta obreros, aunque en épocas más recientes sus instalaciones se hayan alquilado a otras firmas.

Archivo: Kepa RUIZ DE EGUIN0

Del casco urbano a las eras: la industria en el siglo XX

La principal característica de la industria en el siglo XX la encontramos en su afán por superar los límites urbanos, instalándose en las afueras de las ciudades y villas. Dos fueron los factores que impulsaron este cambio de la fábrica inserta en el tejido urbano a la factoría tal y como hoy asociamos su imagen: la obvia necesidad de terreno de las empresas, que se veía limitada por la escasez de suelo en los cascos urbanos, y, por otra parte, la fuerza que a lo largo del siglo XX adquirieron las ordenanzas municipales, que limitaron sobremanera la implantación de industrias en el interior de los municipios.

Agurain no sería una excepción y a lo largo de la pasada centuria sus industrias más representativas se instalaron en las eras, inaugurando el cambio de siglo la pionera fábrica de maquinaria agrícola Gómez de Segura. De esta manera, Salvatierra - junto con Llodio y Amurrio - se introducirá entre los más importantes centros siderometalúrgicos del País Vasco.


Otra de las empresas emblemáticas del pasado siglo será la Sociedad Cerámica Alavesa, fundada en 1912. El siglo XX recogerá la tradición del trabajo con materiales cerámicos, produciéndose el tránsito de los obradores tradicionales (tejeras y alfares) a las instalaciones industriales, dotadas de hornos continuos, normalmente de tipo Hoffman. Siguiendo la estela de la pionera Cerámica de Llodio, en Agurain se implantó la Cerámica Alavesa, que llegó a ser la segunda productora del Territorio. En origen fue su presidente Vidal Sanz Echevarría el principal impulsor de este proyecto empresarial, una fábrica que se especializó en útiles de loza y azulejos. En la Calle Mayor 32 aún hoy aparece decorada con el alicatado producido en Cerámica Alavesa la casa de su presidente, probablemente el mejor vestigio que nos ha dejado el trabajo de esta factoría.

Archivo: Kepa RUIZ DE EGUINO

En la Era de San Juan o Barrio de Arramel, un núcleo tradicionalmente agrícola que progresivamente se fue transformando en zona industrial, encontramos el mejor ejemplo de ocupación extramuros de la Villa. Allí se instaló en 1908 la Central Eléctrica de Salvatierra, un edificio que aún hoy subsiste en la calle Zumalburu. Se trata de una construcción muy sencilla, de planta rectangular y una sola altura, sin ningún tipo de compartimentación interna para así poder instalar la maquinaria necesaria para la generación de fuerza: contó en origen con un motor de gas pobre, que en 1913 fue sustituido por uno diesel para mejorar su rendimiento.


Esta central fue aprovechada años más tarde por la empresa aguraindarra López de Heredia S. A., hoy Curtidos Salvatierra S. A. L. , una de las más importantes de la Villa. Se trata de un curtidería que se instaló en la Era de San Juan en 1938 y que constituyó un hito fundamental para la arquitectura industrial de Araba. Llegó a contar con un conjunto formado por varios edificios, entre los que destaca el pabellón administrativo y de oficinas, un inmueble de pisos de planta rectangular, formado por un cuerpo central de tres alturas que se eleva respecto de los dos laterales.


Dibujo de Miguel Márquez "Las Pieles"


Este edificio, en cuyo último piso puede leerse el nombre de la empresa, se caracteriza por seguir las pautas constructivas de la arquitectura doméstica: inmuebles de mampostería enlucida y techumbres a cuatro aguas sobre caballetes de madera. Pese a que este primer elemento presenta hoy las inevitables trazas que la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos imprime a los edificios industriales, en líneas generales es un buen ejemplo de esa difícil adaptación a la que se vio obligada la arquitectura industrial, buscando elementos propios a partir de lenguajes ya escritos por la construcción civil.

Pero si por algo es importante esta fábrica en lo arquitectónico, es por mantener la imagen propia de la industria que hoy ya tenemos que llamar antigua: una chimenea de ladrillo que se convierte, sin pretenderlo, en su hito más representativo, en el nuevo campanario del siglo XX, y la sucesión de cubiertas en diente de sierra, el shed, a la sazón uno de los más antiguos de la industria alavesa.


LA ENGOMADORA MODERNA (La fábrica de colas)
        
Esta fábrica estaba situada junto al molino de San Martín, justo encima de donde se encontraba antiguamente la presa para el molino, lo que actualmente es el aparcamiento de la carretera de Zuazo, junto a la antigua Nacional I. Esta empresa provenía de la localidad guipuzcoana de Tolosa.


Fábrica de velas y bujías de Salvatierra - Agurain

Para encontrar el origen de la fábrica de velas que existió en lo que se llamaba Carretera General, hay que remontarse a finales del siglo XIX o a principios del XX a la fábrica que
D. Norberto Nafarrate tenía en San Sebastián, en la calle Zabaleta B, teléfono nº 12-30 (anexo nº 1)

Hacia 1920 esta fábrica se trasladó a Salvatierra, montándose en la calle Zapatari, en la casa que hace esquina con la plaza de San Juan.


Archivo: Kepa RUIZ DE EGUINO

Le sucedió su hijo D. Inocencio Nafarrate, casado con Dña. Rosa Oquiñena, quien hacia 1930, trasladó el taller a la casa de los Oquiñenas, en la Carretera General, antigua N-I, donde hoy está ubicado el Club de jubilados; fue socio del negocio D. Javier Oquiñena y cuando falleció en 1953 y luego D. Inocencio en 1957, el negocio, ya en sus finales y liquidación, pasó a nombre de Vda. E Hijos de I. Nafarrate, cerrando definitivamente en los años sesenta del pasado siglo.



P.U.M. ESPAÑOLA, S.A.

Las últimas décadas del siglo XX trajeron consigo la implantación de industrias en polígonos, responsables de la última y más significativa industrialización salvaterrana. Empresas como SAPEM, construida en 1965 con la denominación de Sociedad Anónima de Productos de Fábricas Metalúrgicas, que ocupa una parcela de 100.000 m2 con su propio apartadero de ferrocarril ; o STAMPA METAL, también de la década de los sesenta, ambas en el polígono Litutxipi dan muestra de la pujanza económica que tuvo desde la segunda mitad del siglo un municipio que, sin olvidar su raigambre agrícola, avanza hacia el futuro.


Archivo: Kepa RUIZ DE EGUINO


Es cierto que gran parte de lo referido es aplicable únicamente al caso de Vitoria / Gasteiz y sus alrededores; sin embargo, en el "desierto" industrial de la provincia el caso de Agurain - junto con las bodegas industriales de Rioja Alavesa - constituye una importante excepción, con establecimientos dedicados a la fabricación de maquinaria agrícola, cerámica, velas, curtidos, barnices y pinturas, etc.

LA CESTERIA


LA PROPISA


Archivo: Kepa RUIZ DE EGUINO

BIBLIOGRAFIA

Ainara Martínez Matia   -   Salvatierra Industrial
Ana de Begoña, Clara Ajamil, Gurutze Arana, Mª Mar Masedo   -   Salvatierra guia para una visita.
Fortunato Grandes   -   Apuntes históricos de Salvatierra
José Javier López de Ocariz   -   Salvatierra - Agurain
Victorino Palacios Mendoza   -   Inventario de la Arquitectura rural alavesa
Archivo Municipal de Agurain   -   Estitxu Iturrospe
Maite Ibañez - Mª José Torrecilla y Marta Zabala - ARQUEOLOGIA INDUSTRIAL EN ALAVA
Inventario del Patrimonio Industrial   -  Gobierno Vasco  - Beatriz Herreras - Juantxo Aguirre

Dibujo de las pieles   -   Miguel Márquez

Kepa RUIZ DE EGUINO

 
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