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POLÍTICA Y ELECCIONES EN AGURAIN
3.1 Las elecciones municipales de 1931
Poco más de un año después del final de la Dictadura de Primo de Rivera, las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 se convirtieron, en contra de lo buscado por el Gobierno, en un referéndum sobre el régimen monárquico establecido. Tras la victoria de los republicanos en los principales centros urbanos de España, el 14 de abril Alfonso XIII abandonó el país, proclamándose de esta manera la II República.
En Agurain -
En concreto en Agurain se enfrentaron una candidatura auto -
Tabla 2: Resultados de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 en Salvatierra
Nombre |
Candidatura |
Votos |
Luis Garagalza Ruiz de Munain |
Independiente |
175 |
Emilio López de Heredia Suso |
Independiente |
173 |
Julián López de Heredia Suso |
Independiente |
162 |
Elías Garagalza Elizondo |
Independiente |
159 |
Marcelino Arrese Infante |
Independiente |
158 |
Adolfo Merino García de Vicuña |
Independiente |
158 |
Tomás Preciado Mues |
Independiente |
158 |
Julián Ibáñez Gorospe |
Independiente |
158 |
Onofre Pérez de San Román García |
Independiente |
158 |
Pedro Olalde Arberas |
Agraria |
61 |
Pablo García Fernández |
Agraria |
48 |
Teodoro Martínez de Ilarduya Unceta |
Agraria |
48 |
Bernardino Iriarte Arregui |
Agraria |
45 |
Pablo Beltrán de Heredia García de Vicuña |
Agraria |
39 |
Gordeano García de Andoin Martínez de Aramayona |
Agraria |
37 |
Todo indica que, a pesar de la fuerza de la FCAA en Agurain -
En la práctica, la candidatura denominada “independiente” era una amalgama de personas de todas las ideologías existentes en Agurain, aunque resulta difícil saber cuándo comenzaron exactamente a estar adscritos a cada grupo político.
En efecto, como observamos en la Tabla 3, cuatro de los candidatos del bloque “independiente”, vencedor de las elecciones, eran republicanos no adscritos a ningún partido concreto. De hecho, fue Emilio López de Heredia (el republicano con más votos) quien accedió a la alcaldía. No obstante, no sabemos en qué momento esos concejales se pasaron al republicanismo, puesto que otros compañeros de su misma candidatura ingresaron en el PNV o en la CT.
Se trata de un fenómeno común en las zonas rurales alavesas, en la que algunos concejales más o menos independientes o indeterminados, tras proclamarse la República, ingresaron oficialmente en las filas del republicanismo, del PNV o, más tarde, una vez reconstituida ésta, de la CT.
En cualquier caso, ésta fue la corporación que dirigió la política municipal de Agurain -
Cabe señalar asimismo que cinco de los concejales que resultaron elegidos el 12 de abril de 1931 en Salvatierra habían sido concejales durante el período de la Restauración y seis de ellos lo habían sido en la Dictablanda, la etapa comprendida entre la Dictadura de Miguel Primo de Rivera y la proclamación de la República.
Por ello podemos decir que, en Agurain -
Nombre |
Cargo |
Edad |
Profesión |
Filiación |
Emilio López de Heredia |
Alcalde |
51 |
Comerciante |
Republicano independiente |
Luis Garagalza |
1er Tte. Alcalde |
48 |
Vinatero |
Católico independiente |
Elías Garagalza |
2º Tte. Alcalde |
40 |
Curtidor |
Republicano independiente |
Julián Ibáñez |
Regidor |
63 |
Labrador |
CT |
Julián López de Heredia |
Regidor |
38 |
Comerciante |
Republicano independiente |
Marcelino Arrese |
Regidor |
25 |
Labrador |
Católico independiente |
Onofre Pérez de San Román |
Regidor |
62 |
Labrador |
Independiente |
Tomás Preciado |
Regidor |
27 |
Industrial |
PNV |
Adolfo Merino |
Regidor |
28 |
Ceramista |
Republicano independiente |
El Estatuto de Eusko Ikaskuntza y el Estatuto de Estella
Desde la proclamación de la República, comenzó en el País Vasco una intensa campaña autonomista, liderada por el PNV y, en concreto por el entonces alcalde de Guecho José Antonio Aguirre.
El movimiento de alcaldes, apoyado por todos los grupos de la derecha católica, pretendía la reintegración foral o la aprobación de un Estatuto con las máximas competencias posibles, cuyo punto final fue el Estatuto de Estella. Paralelamente al movimiento de alcaldes, las Comisiones Gestoras de las Diputaciones –nombradas por el Gobierno provisional de la República y por tanto en manos de la izquierda– iniciaron una corriente autonómica, apoyada por el bloque republicano-
La Sociedad de Estudios Vascos (SEV)/Eusko Ikaskuntza fue la encargada de elaborar el proyecto sobre el que girarían las diversas propuestas y enmiendas de los partidos políticos.
Entre abril y mayo de 1931 buena parte de los ayuntamientos alaveses comenzaron a unirse al movimiento de alcaldes que culminó, partiendo del proyecto de Eusko Ikaskuntza, en el Estatuto de Estella. La respuesta de los consistorios dependió de la filiación política de los concejales, puesto que, como hemos dicho, este proceso sólo era apoyado por el PNV y el resto de la derecha católica.
El 8 de mayo fue designada la Comisión de alcaldes encargados de dirigir el movimiento. Por Álava fueron nombrados Lorenzo Zarandona, alcalde de Llodio, independiente; Faustino de Bengoa, alcalde nacionalista de Aramayona; Sinforiano Jiménez de Bentrosa, teniente de alcalde de Elciego y miembro del PNV; y Emilio López de Heredia, alcalde de Agurain -
La presencia de un republicano independiente, como López de Heredia, en esta comisión no deja de ser un hecho sorprendente, debido quizás a la dificultad para conocer y encuadrar a los ediles de la zona rural en partidos o ideologías determinadas.
Sin embargo, como veremos, el propio López de Heredia terminó alejándose de un movimiento en el que quizás había sido incluido sin conocer su verdadera opinión sobre el particular e incluso, como indica un documento que comentaremos enseguida, sin consultarle. Es posible que los nacionalistas, promotores del Estatuto de Estella, creyeran poder acercar a su lado a un alcalde de una localidad importante, como era Agurain -
En cualquier caso, una vez recibido el proyecto de Estatuto de Eusko Ikaskuntza, la comisión de alcaldes convocó una asamblea de ayuntamientos para el 14 de junio en Pamplona (aunque finalmente acabó celebrándose en Estella) para proceder a la discusión y aprobación del texto.
Mientras tanto, las Comisiones Gestoras seguían empeñadas en promover un proceso paralelo que, en el caso de Álava, iba unido a la idea de un Estatuto Alavés. En el mes de mayo el nacionalista vitoriano Francisco Javier de Landáburu envió una carta al secretario del Ayuntamiento de Salvatierra, Fortunato Grandes, que reflejaba cómo el PNV trataba de atraerse a la corporación de Salvatierra a su lado:
Mi distinguido y respetado amigo: Por la Prensa se habrá Vd. enterado de que el día 24 del cte. (sic) se van a celebrar las Asambleas provinciales de Ayuntamientos. Los alaveses se reunirán en Vitoria para aprobar su Estatuto que para ese día estará ya hecho y en tal sentido creo conveniente que ese Ayuntamiento convoque a los demás, poniéndose rápidamente de acuerdo con los de Aramayona, Elciego y Llodio, que están conformes en firmar la convocatoria. Si no lo hahecho, debe también dirigirse a Estudios Vascos, como lohan hecho casi todos los municipios del País.
A lo que el propio alcalde Emilio López de Heredia contestó:
Muy Sr. mío y de mi consideración; me entrega el Sr. Grandes su atenta de ayer recibida hoy, invitando a este ayuntamiento para que con los de Aramayona, Elciego y Llodio, convoque a los Ayuntamientos alaveses para aprobar el Estatuto para el 24 de este mes. Ya antes también nos dio cuenta el Secretario de la visita quehabíanhecho Vdes y estimando el Ayuntamiento que quien debe hacer estas invitaciones son los Ayuntamientos cabezas de partido y de un modo especial Vitoria, nos consideramos en el caso de declinar la distinción, aunque desde luego acudiremos para aprobar el Estatuto.
Ya escribí al Sr. Alcalde de Guecho diciéndole que debe aprovecharse la oportunidad que se nos presenta a fin de pedir la reintegración foral; pero repito que estimó el Ayuntamiento que no debe figurar a la cabeza para promover la reunión por haber otros que se sentirían molestados si tomamos la iniciativa.
Esta reunión era el tema principal de la carta enviada por Landáburu al Ayuntamiento de Salvatierra, al que trataban de atraer a su bando. Pero, coincidiendo con la línea de los republicanos alaveses en torno al proceso autonomista en 1931, López de Heredia se mostró disconforme con lo propuesto por los nacionalistas.
No deja de ser contradictorio, por ello, que el alcalde de Salvatierra apareciera –y así se refleja en todos los libros publicados hasta la fecha– como uno de los alcaldes alaveses que dirigían el Estatuto de Estella, cuando en realidad ni siquiera él lo apoyaba.
Sin embargo, la corporación municipal de Salvatierra no tenía un criterio unánime sobre la cuestión autonómica. El 21 de mayo había tenido lugar una reunión en la casa del primer teniente de alcalde, el católico independiente Luis Garagalza, a la que asistieron “los Sres. Alcalde D. Emilio L. de Heredia, primer Teniente de Alcalde e infrascrito Secretario, los Sres. Alcalde de Guecho, de Llodio, de Ayala, D. Francisco Javier de Landáburu y otros Sres.”.
Como puede observarse, todos ellos eran partidarios de la aprobación del Estatuto de Estella (puesto que el alcalde de Ayala era el nacionalista Lázaro Gancedo), salvo el propio alcalde López de Heredia, al que sin duda trataban de convencer para atraer a su bando. Esta reunión privada tuvo lugar para “aprovechar el momento actual de la política española a fin de solicitar la reintegración foral, a cuyo fin el Gobierno provisional de la República quiere que la petición sea hecha de un Estatuto que queden los mismos ayuntamientos”.
Se trataba de la argumentación empleada por los promotores del Estatuto de Estella, deseosos de presentarse ante el Gobierno como la legítima representación del País Vasco, en prejuicio de las Comisiones Gestoras de las Diputaciones, nombradas por el Gobierno. Por eso indicaban que “se proyecta que se reúnan las representaciones de los Ayuntamientos en la Diputación el próximo lunes 25 del que cursa con el fin de nombrar la Comisión que examine el Estatuto general de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra y después se hará el que convenga a cada provincia según sus modalidades y conveniencias y que el 7 de junio venidero se reunirán representaciones de las cuatro Provincias en Pamplona para dar la sensación de unión en esta materia del País Vasco-
Los partidarios de aprobar el Estatuto de Estella trataban así de impedir que Salvatierra, con un alcalde republicano y una corporación heterogénea, votara contra este Estatuto. La postura del consistorio no estaba clara en absoluto, pues un republicano y un católico, Emilio López de Heredia y Luis Garagalza, fueron designados representantes para acudir a la asamblea de municipios alaveses convocada por la Gestora. En esta asamblea se propuso la elaboración de un Estatuto Alavés, nombrando para ello una comisión que más tarde se pondría de acuerdo con las otras provincias para redactar, si se consideraba conveniente, un Estatuto Federal Vasco. En dicha asamblea se pudieron ver dos posturas claras. Por un lado, los nacionalistas y el resto de la derecha católica, que pidieron que los ayuntamientos asistieran a la asamblea del 14 de junio en Pamplona y, por el otro, el Ayuntamiento de Vitoria, apoyado por la mayor parte de los representantes republicanos, contrarios al proyecto de Estatuto de Estella y al Movimiento de Alcaldes que lo sustentaba.
El 13 de junio el Ayuntamiento de Salvatierra nombró representantes para acudir a la asamblea de Estella: “Respecto de la Asamblea del País Vasco que ha de celebrarse mañana en Estella por haber sido suspendida en Pamplona se acuerda, en vista de haber delegado en Salvatierra los Ayuntamientos de Alegría, Corres, San Román y Antoñana, que los Sres. Ibáñez y Preciado representen a este ayuntamiento”.
Era lógico que acudieran estos dos concejales en representación de Salvatierra, al pertenecer el primero a la CT y el segundo al PNV, los dos grupos que apoyaron el a partir de entonces denominado Estatuto de Estella. El Estatuto fue la reforma del proyecto de la SEV con algunas enmiendas, especialmente en el tema religioso, hecho por el que –entre otros motivos– fue rechazado por la izquierda. A pesar de haber recibido el apoyo de la mayor parte de los municipios, el Estatuto tenía pocas posibilidades de ser aprobado por las Cortes republicanas, teniendo en cuenta la naturaleza de las fuerzas políticas que lo apoyaron.
La actitud del Ayuntamiento de Salvatierra en la primavera de 1931 ante el problema autonómico es significativa del tipo de política (más administrativa que política) que predominaba en los núcleos rurales alaveses durante la década de 1930. Así, a pesar de que el alcalde republicano, presuntamente apoyado por la mayoría, era contrario al Estatuto de Estella, la corporación designó representantes y apareció oficialmente como favorable a este Estatuto, mientras a la vez parecía apoyar el Estatuto Alavés (por medio de su alcalde), que precisamente era contrario al de Estella. Sin embargo, esta indefinición era difícil de mantener.
En efecto, paralelamente, el proyecto estatutario alavés seguía su propio camino. A lo largo del mes de julio distintos ayuntamientos fueron testigos de los enfrentamientos entre los partidarios del Estatuto de Estella y los defensores de la aprobación del Estatuto Alavés. Agurain no estuvo exenta de estas luchas.
El presidente de la Comisión Gestora de Álava envió una copia de cada Estatuto al Ayuntamiento, pidiendo al Consistorio que enviara un representante a la asamblea que se celebraría el día 23 de julio en Vitoria en el Palacio de la Diputación. El concejal nacionalista Preciado se mostró contrario a enviar representante a dicha asamblea, “en atención a que el Estatuto. Vasco-
Junto a él se posicionaron todos los concejales del grupo: los católicos Luis Garagalza y Marcelino Arrese; el tradicionalista Ibáñez de Opacua y también el independiente Pérez de San Román. En el bloque opuesto, partidarios de asistir a la asamblea de Vitoria y por tanto contrarios a Estella, se situaron los republicanos: Emilio López de Heredia, Elías Garagalza y Adolfo Merino.