Menu Principal:
Oriamendi – Alto de la Nevera – Agurain (II)
Kepa RUIZ DE EGUINO
La Vida pastoril en la región de Salvatierra (Alava)
Por José María de Azcarraga
Ocupa el término municipal de Salvatierra una extensa llanura interrumpida por algunos montículos y relieves en el lugar conocido por Galzar, donde se conservan escasos robles de mermado crecimiento y a los que se les conoce con el nombre de askarros. En este lugar y en los crudos días de invierno se ve a los pastores durante el día apacentando sus rebaños de ovejas para volverlas a la caída de la tarde a su confortable redil adosado éste por regla general a la casa habitada por el dueño.
En la parte Norte, hay otro altozano llamado de La Nevera, despoblado completamente de arbolado y a menos de 200 metros de la Villa. También por estas alturas de la Nevera pasturan en el invierno los rebaños de ovejas.
Si se llevase a cabo en este lugar una plantación de árboles, sería uno de los sitios más pintorescos y agradables del pueblo y el predilecto de los muchos veraneantes que buscan en esta saludable campiña durante el periodo de vacaciones el descanso merecido a sus trabajos y desvelos.
Extraído del trabajo realizado por José María de Azcarraga para el Grupo de Ciencias de la Sociedad Natural “Aranzadi”. (Años 50)
Oriamendi -
18 años de la recuperación del parque de 1982 a 2010
Construcción de un nuevo depósito en la Nevera
En el año 2003 se llevaron a cabo las obras para la construcción de un nuevo depósito de agua en Agurain en el Alto de la Nevera.
El nuevo depósito de agua se realizó como respuesta a las necesidades que se planteaban en nuestra Villa de cara al aumento de población y la promoción de nuevas viviendas, además de incrementar la reserva de agua para garantizar el suministro en el municipio, ya que el otro depósito de similares características no era suficiente para abastecer de agua a la población en épocas de recesión.
La obra tuvo un presupuesto de 464.000 euros y una capacidad de almacenamiento de 5000 metros cúbicos de agua procedente de un caudal de unos 50 litros por segundo.
Se trata de un depósito de 34 metros de diámetro interior, cuya estructura esta compuesta por 46 paneles prefabricados de hormigón armado, postensados en obra, para una altura de agua de 5,20 metros, Además para sacar el máximo partido a las instalaciones la obra incluía la construcción de una caseta para alojar los equipos de depuración.
Uno de los depósitos se destina al agua bruta, es decir a la recogida de aguas y el otro se emplea para almacenamiento del agua depurada dado la escasez de recursos hidráulicos en el término municipal.
SOLICITUD A DIPUTACION DEL PARQUE DE ORIAMENDI
El Ayuntamiento de Agurain solicitó a la Diputación Foral de Alava la inclusión en las subvenciones que esta entidad tiene establecidos para los municipios de la provincia dentro del Programa 2004 de Parques Locales de Esparcimiento.
El Departamento de Administración Local de la Diputación de Alava al requerimiento de información sobre qué criterios se habían seguido en la resolución de dicho Programa de parques consideró que no tenía atractivo el Parque Local de Oriamendi, emitiendo un informe que entre otras cuestiones decía lo siguiente:
“Entre las solicitudes formuladas en plazo por diversas Entidades Locales se encuentra la realizada por el Ayuntamiento de Salvatierra para acondicionar la zona denominada como Oriamendi como Parque Local de Esparcimiento, valorándose las distintas actuaciones a realizar en 29.530, 36 euros.
La zona donde el Ayuntamiento solicita la actuación y conversión en Parque Local, está formada por varias parcelas de propiedad pública, cuya extensión es de 82.921,24 m2, aunque realmente se trata de una colina con importante desnivel, en la que cabe distinguir dos zonas más o menos llanas, situadas en la cota de 620 metros, siendo su extensión total de unos 25.000 m2, ocupando el centro de las mismas varias edificaciones de escasa estética y atractivo: dos grandes depósitos circulares de agua con alzados, cada uno de ellos de más de 10 metros, una caseta de cloración, y un antiguo depósito de agua en estado ruinoso y según dicho informe decía son estéticamente bastante feos.
Pese a que se han plantado un número grande de árboles, por el escaso crecimiento de los mismos, no existe ni una sola sombra.
A la vista de estas circunstancias, concluía este informe, sin menospreciar las magnificas vistas, ni la significación histórica del lugar como cruce del camino de Santiago, se considera que el espacio físicamente apto para poder establecer un Parque Local de Esparcimiento, no reúne atractivo alguno de este momento, sin que ello signifique que en el futuro una vez que crezcan las especies arbóreas plantadas, y si se lograra camuflar o integrar las moles de cemento construidas, pudiera mejorarse.
Gracias a los árboles se ve el bosque
“El hombre que plantaba árboles” de Jean Giono habla de un pastor solitario y apacible al que conoció en un paseo y cuya actividad, aparte de cuidar ovejas, era, sobre todo, plantar árboles. Sólo, sin más apoyo que sus propias fuerzas físicas y morales, con una tenacidad a prueba de bombas, consiguió, al cabo de unos 30 años, cambiar por completo la fisonomía del paisaje y dar vida forestal a lo que antes era un erial.
No se trata de ningún relato de ficción, si no de la historia real de una persona E. Bouffler que murió plácidamente en 1947 en un hospicio sin esperar más gloria que el placer de haber visto crecer a lo largo de muchos años todos aquellos árboles que el plantaba pausadamente.
Durante algún tiempo muchas personas de la localidad, en su propia ceguera, pensaron que el bosque nacía por generación espontánea y llegaron incluso a estudiar el caso como algo extraordinario.
El resurgir de la masa forestal hizo que las condiciones de vida cambiaron en la región y que se convirtiera en un espacio de prosperidad para sus habitantes.
Mucho tiempo después, en otro continente, Africa, Wangari Maathai constató que las necesidades imperiosas de ingresos, energía, comida, agua y leña de la gente sencilla podía modificarse si cada cual en su pequeña parcela plantaba árboles y ayudaba a plantarlos en las tierras comunales. Así lo hicieron y en poco tiempo – más o menos 30 años-
Un denominador común: acciones libres de egoísmo, con una moral de servicio a algo que va mucho más allá de uno mismo y que no buscan la rentabilidad inmediata, pero la encuentran.
NOTAS HISTORICAS DEL ALTO DE LA NEVERA O ARABACA EXTRAIDAS DEL ARCHIVO MUNICIPAL DE AGURAIN
Año 1792,-
Los tales fueron Joseph Beltrán de Heredia, tejedor de 25 años, y Martín Ruiz de Luzuriaga, zapatero de 24; habían matado seis u ocho palomas, al parecer, del vicario eclesiástico ya que cercano tenía su palomar. Serían las once de la mañana.
Se decretó su arresto, pero usando de benignidad se les soltó al poco tiempo; se les recogió escopeta y trabuco y tuvieron que pagar 500 maravedies.
Archivo de Agurain Salvatierra 28 de Diciembre de 1.792